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Movimientos sociales en tiempos de pandemia

La muerte de George Floyd a manos de la policía -o podría decirse bajo la rodilla de un policía en su cuello, redundante describir lo que el video ha mostrado-, ha desatado una vez más, la indignación de un sector de la sociedad estadounidense, que padece una herida que aún décadas después de abolida la esclavitud, sigue sangrando.

La atención de la sociedad se ha concentrado en la acción de la policía y ha comenzado otro movimiento que pugna por retirar los fondos a esa  corporación, la cual recibe anualmente millones de dólares en presupuesto para funcionar.

Enmedio de manifestaciones -algunas pacíficas y otras más beligerantes-, en diferentes estados de la Unión Americana, las cuales desde luego el establishment calificó de disturbios, se está gestando un nuevo movimiento que en principio, propone retirar los fondos a las fuerzas del  órden, dada la brutalidad con la que actúan con frecuencia, lo cual redunda en muertes de la ciudadanía, y piden reinvertir esos recursos en otro tipo de servicios para el bienestar de la comunidad, sobre todo en tiempos en que la pandemia ha dejado sin empleo a casi un tercio de la población económicamente activa.

Se han documentado en video hechos que van, desde la violencia policiaca exacerbada por las críticas, y las arengas desde el poder a ser fuertes y no dejarse intimidar o mostrar debilidad; hasta el hecho de policías que se solidarizan con los manifestantes, y los contienen  sin violencia, sumándose a su reclamo poniendo también una rodilla en el piso.

Durante años, los activistas que han luchado por reducir el presupuesto que otorgan los Estados a sus fuerzas policiacas, no habían tenido apoyo y se consideraba esta idea como una fantasía izquierdista, sin embargo, en esta ocasión algunos legisladores están de acuerdo con ellos.

Sin embargo la detención y muerte de George Floyd captada por la cámara de un celular en Minneapolis, que recorrió practicamente todo el mundo al viralizarse en las redes sociales y mostrarse en los noticieros de otros países, constituye una poderosa demostración qué urgen reformas  en los cuerpos policiacos.  Después de que el este video se compartiera millones de veces, comenzaron a circular otros más en los que se muestran miembros de la policía de distintos Estados, haciendo uso la fuerza excesiva, e incluso de violencia, en casos en que no era necesaria al detener a otras personas.

La sociedad estadounidense se pregunta qué tanta fuerza es necesaria para detener a un individuo que no se está resistiendo al arresto, y desde luego cuestionan el que requieran literalmente billones de dólares anuales para dotar a la policia de equipo y armas.

Cuando las protestas se salieron de control y los manifestantes comenzaron a saquear negocios y tiendas departamentales, el Presidente tuvo una videoconferencia con algunos gobernadores y los tildó de débiles, les dijo que estaban causando risa, y ordenó que dominaran a quienes salieran a las calles a protestar.

Ante esta declaración el Jefe de Policía de Houston, Art Acevedo, envió un mensaje contundente al jefe de la nación: “¡por favor, si no tienes nada constructivo que decir mantén la boca cerrada!”, y agregó en entrevista con una cadena televisiva, que esas afirmaciones sólo ponen en riesgo a hombres y mujeres; explicó que no se trata de dominar, se trata de ganar corazones y mentes,  “hay que ser claros –continuó-, no queremos que se confunda amabilidad con debilidad, pero tampoco queremos que la ignorancia arruine lo que tenemos aquí”. El Jefe Acevedo habló de que hay varios policías que han sido heridos durante las protestas, de la misma manera que algunos miembros de las distintas comunidades en donde las personas han salido a manifstarse por la brutalidad policiaca, el uso de la fuerza y violencia innecesarias, y el asesinato de varias personas, entre ellos George Floyd.

Para concluir, Art Acevedo dijo que “es tiempo de ser presidenciable, ésto no es Hollywood, no estamos en The Apprentice”, dijo refiriéndose al programa en el que participaba Trump antes de llegar a la Casa Blanca.

Numerosos académicos de universidades de prestigio han aportado sus ideas y sus análisis a esta situación que no parece disminuir en intensidad. Seth Stoughton, quien actualmente es profesor en la Escuela de Leyes de la Universidad del Sur de California, y quien en algún momento fungiera como oficial de policía investigador, afirmó que “muchos policías se ven así mismos como guerreros, vigilantes que luchan contra un enemigo al que deben vencer, no como guardias que protegen a una comunidad”.

Stoughton cierra su análisis afirmando que al largo plazo, es más seguro para todos que los policías asuman su rol que guardianes de la comunidad y no de guerreros que deben vencer al enemigo, porque la sociedad hay invertido muchos recursos en su corporación y ha depositado una gran responsabilidad en sus manos.

Desde la Casa Blanca el mensaje y la actitud siguen siendo las mismas, descalificar los hechos y promover el uso de la fuerza.  Así lo demuestra el Twit sugiriendo que Martin Gugino, el veterano luchador social quien fue abandomado sangrando por un oido en una calle de Bufalo, después de que un policía lo empujara y lo tirara al suelo, fué un acto premeditado, con toda la intención de provocar a los policías y victimizarse por brutalidad policiaca; cuando el video es claro las imágenes hablan por sí solas. Antifa Provocateur, lo llamó el presidente.

Ante la amenaza de Donald Trump de mandar al ejército a contener las protestas, los gobernadores de algunos estados se han negado a aceptar que esa sea la solución. El jaloneo entre el presidente y los mandatarios estatales que se inició -en muchas ocasiones con el tema del manejo de la pandemia del Covid-19-, se ha exacerbado.

Las protestas urgiendo a retirar los fondos a la policía, a desmantelar cuerpos policiacos y volverlos a crear desde cero, a promover una reforma en la forma de actuar de las fuerzas del órden continúan.  Ni siquiera el temor a contagiarse el virus que ha cobrado cientos de miles de vidas en la Unión Americana ha detenido a los manifestantes, quienes tienen esperanza de crear un movimiento que realmente cumpla su objetivo, lograr la transformación que urge en la policía.

Por su parte, el principal inquilino de la Casa Blanca, confiado en que su base sigue siendo sólida, planea reiniciar sus giras de campaña, eso sí, haciendo la pertinente aclaración a sus seguidores de que no pueden demandar en caso de contraer el virus mortal, asisten a apoyarlo y a manifestarle que están con él, bajo su propio riesgo.

Algunos analistas políticos están convencidos de que este movimiento que se ha iniciado a partir de un motivo de justa indignación de la sociedad estadounidense si verá frutos, y que esta generación presenciará una reforma estructural de las fuerzas policiacas.

Sin embargo, hay otros observadores menos optimistas, quienes creen que después de unos meses este movimiento también perderá fuerza como sucedió con la multitudinaria Marcha de las Mujeres, y sus marchas hermanas, que cimbraron varias ciudades a lo largo de Estados Unidos y tuvieron sus replicas en otros países; o la también muy fuerte protesta de los jóvenes que luchan por el control de venta de armas de alto calibre y que llegaron hasta Washington con March 4 our lives, después de que sus compañeros fueran asesinados en sus salones de clase, protesta que en su momento también tuvo un fuerte eco, pero que tampoco tuvo la fuerza para  enfrentarse a los millones de dólares que el negocio de las armas invierte para cuidar sus cotos de poder y su libertad de acción. Al tiempo.

 

 

 

 

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