El concepto de ser madre se ha ido transformando con el paso del tiempo, atrás quedó ya la falsa disyuntiva entre tener que optar entre el desarrollo y éxito profesionales y el ser madre.
Las mujeres han descubierto se puede lograr un balance perfecto en el terreno profesional y su vida personal, atrás quedó el cuestionamiento que si podrían lograr abrazar con éxito ambas cosas en sus vidas.
Ya no sorprende el ver mujeres que se apresuran por las calles empujando con una mano la carriola de su hijos y en la otra llevan su bolso con la computadora.
En la actualidad podemos plaudir el hecho de que ser madre no represente más el fantasma de la renuncia a los sueños, que abrazar la maternidad no implique forzosamente la anulación personal, apostando por el bienestar de la familia.
Por fortuna hoy existe la conciencia en las mujeres de que justamente, el bienestar de sus familias reside en que ellas estén bien, que sean plenas, que cuiden su salud, que hagan ejercicio, que lean, que escuchen música, que sean felices, que a final de cuentas, como decían las abuelas, la mejor enseñanza es el ejemplo.