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Neuropatía diabética, un problema muy real

El médico familiar deberá realizar al paciente una evaluación periódica e indagará sobre los principales síntomas. Para ello, cada seis meses se debe llevar a cabo un revisión sobre todo si existen problemas en los pies. Se debe poner atención a la pérdida de la sensibilidad.

Aurora Farfán*

La neuropatía diabética (NPD) es la consecuencia de un alto nivel de glucosa (azúcar) en la sangre de personas que padecen Diabetes Mellitus (DM) crónica debido al mal manejo de la glucosa. Esta enfermedad es la más común de las complicaciones y lesiona diversos nervios.

Su prevalencia aumenta notablemente después de diagnosticada la diabetes y dos terceras partes de los pacientes que la padecen suelen desarrollar algún tipo NPD, aunque no todos los casos presentan síntomas, los principales son:
• Dolor, cosquilleo y ardor en las extremidades,
• Pérdida de la sensibilidad,
• Debilidad muscular, y
• Úlceras y llagas en la piel.

La pérdida de sensibilidad ocasiona que las lesiones en la piel no se perciban, sobre todo en los pies, lo que da lugar al llamado pie diabético. Estas lesiones sin un tratamiento adecuado generan úlceras, infecciones, gangrena y, finalmente, provocan la amputación de algunos miembros.

El segundo tipo de neuropatía es la llamada neuropatía autonómica (NA), en la que los nervios autónomos que controlan los órganos torácicos y abdominales sufren alteraciones, que pueden modificar la función del corazón, del aparato digestivo, la respuesta sexual, el sistema urinario, la sudoración y la visión.

Los síntomas de la NA incluyen:
• Cardiopatías,
• Problemas de la vejiga (pérdida del control, incapacidad de vacío, y frecuentes infecciones del aparato urinario),
• Problemas en el sistema digestivo (hinchazón, náusea, vómitos, diarrea y estreñimiento),
• Disfunción eréctil y modificaciones en los ciclos reproductivos femeninos,
• Transpiración excesiva o insuficiente,
• Mareos al ponerse de pie, y
• Pérdida de la agudeza visual.

Diagnóstico de la NPD
El médico familiar deberá realizar al paciente una evaluación periódica e indagará sobre los principales síntomas. Para ello, cada seis meses se debe llevar a cabo un revisión sobre todo si existen problemas en los pies. Se debe poner atención a la pérdida de la sensibilidad.

Además, el experto deberá revisar la funcionalidad de los nervios periféricos y de los reflejos, así como la existencia de problemas en el flujo sanguíneo, sobretodo en el retorno venoso.

La consulta médica debe hacerse a la mayor brevedad posible si se observa:
• Pérdida de sensibilidad y dolor frecuente en las extremidades,
• Presencia de una úlcera (llaga) en los pies o las piernas que no sana,
• Infecciones frecuentes en los pies,
• Problemas digestivos,
• Dificultad para orinar y con la función sexual, o sensación de no vaciar la vejiga y
• Vértigo al cambiar de posición.

Tratamiento para la NPD
Un buen control de la glucosa en la sangre (evitar que suba o baje demasiado) puede prevenir el daño adicional a los nervios, aunque esto no revierte el daño que ya se ha producido. Con frecuencia los médicos recomiendan analgésicos para el dolor y vitaminas con Complejo B
Prevención de la NPD.

En general se recomienda llevar una vida saludable porque la mejor manera de evitar el daño a los nervios implica la buena regulación de la glucosa, a través de hipoglucemiantes, dieta balanceada y ejercicio. De igual forma, es importante eliminar el tabaquismo y el alcoholismo.

*Rocio Muciño y A. Durán. Facultad de Medicina, UNAM

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