Por Constanza Soria
En el mes de Abril como todos los años se festeja el Día del Niño en algunos países te habla hispana, de la misma manera que el Día de La Madre, o el Día de la Mujer, elegir una fecha específica para la celebración colectiva tiene la intención que poner los reflectores sobre un segmento específico de población.
En el caso del Día del Niño nos lleva a una reflexión en general acerca de las condiciones en que crecen los pequeños en Estados Unidos, cuáles son los retos de ellos y de las multiples instituciones a cargo de su bienestar, desde el ámbito de salud hasta el de la educación por supuesto.
En el primer inciso de la Declaración de los Derechos del Niño de la ONU, se establece que éstos le serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna ni distinción o discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición, ya sea del propio niño o de su familia.
Dada la innegable division social, resultado del proceso electoral en la Unión Americana, es importante hacer un análisis de la situación de los niños latinos inmigrantes y las experiencias de discriminación que enfrentan ellos y sus familias tanto en el ámbito económico, social, en salud y en educación.
Los niños latinos viven lo que hace algunas décadas enfrentaron los italianos y los irlandeses por ejemplo, y existen estudios que comprueban que hay suplido a los afroamericanos como el segmento poblacional más discriminado en el país. Es importante señalarlo porque este tipo de segregación con visos claramente raciales, esta interfiriendo en el sano desarrollo no sólo de los niños inmigrantes o hijos de recién llegados a este país, sino de la sociedad en general.
Existen numerosos estudios de instituciones de prestigio y muy reconocidas, el Migration Policy Institute (MPI) por ejemplo, que se han abocado al estudio de los efectos psicológicos y al impacto social de la discriminación en los niños inmigrantes.
En el año 2015 las familias Latinas con hijos representaban casi el 17% de la población en Estados Unidos
Se calcula que más de 10 millones de niños que viven bajo una estructura familiar en este país, son hijos inmigrantes latinos. El 55% de estos niños tienen padre sin ciudadanía estadounidense y aproximadamente el 10% son ellos mismos inmigrantes.
Un estudio del MPI calcula que para el 2015, al menos 9 millones de personas vivían en una familia en la que al menos uno de los padres era indocumentado.
Esta situación redunda en discriminación, los niños latinos inmigrantes y los niños latinos estadounidenses –primera generación de ciudadanos nacidos de extranjeros que llegaron en busca del sueño Americano- enfrentan hoy en día la misma situación que anteriormente sufrían los europeos que venían huyendo del hambre y de la violencia, enfrentan segregación tanto en las escuelas como las calles, son víctimas de los prejuicios y de quienes pretenden maltratarlos por su aspecto físico sus creencias y sus costumbres culturales.
A temprana edad los niños latinos se dan cuenta qué son diferentes a otros porque en la vida cotidiana no tienen acceso a los mismos recursos tanto en salud como en educación,y eso lo perciben a nivel individual en la diaria interacción o convivencia con los miembros de la comunidad y en estructura de las instituciones.
Debemos tener en cuenta que los niños latinos -quienes han suplido a los afroamericanos como blanco de discriminación en muchos ámbitos- enfrentan actualmente retos que no están capacitados para resolver por sí solos. Los mismos padres de estos estudiantes en muchas ocasiones no tienen las herramientas para poder ayudarlos, porque se sienten exactamente igual de perdidos y desesperados que sus hijos.
La tensión cotidiana que enfrentan las familias en las que por lo menos un miembro es indocumentado expone a los niños a una angustia sin precedentes y repercute en su salud, los pone nerviosos, les quita el apetito, no duermen, no se pueden concentrar en el salon de clases, para llevar acabo sus tareas escolares y desde luego baja su rendimiento y sus calificaciones.
No es gratuito que los psicólogos, trabajadores sociales e incluso maestros estén recomendando que los niños no estén expuestos constantemente al bombardeo ininterrumpido de noticias, ya que ésto tiende a acrecentar su angustia y su estado de nerviosismo sobretodo por el temor a lo que pueda suceder.
Algunos niños inmigrantes han vivido desde siempre con el temor a que deporten a aus padres y que los separen de ellos, en el caso de que estos pequeños haya nacido en Estados Unidos. La separación de familias es un evento común dentro de la población Latina inmigrante- otros más sienten temor de ser deportados ellos mismos, si llegaron al país con sus padres y no tienen documentos que les permitan vivir en la Unión Americana.
Por incredible que pueda parecer algunos pequeños se sorprenden al enterarse de que no puede seguir estudiando porque son indocumentados, algunos no recuerdan haber vivido en otro país y vieron nacer a sus hermanos aquí, así que se confunden y su desconcierto es mayúsculo cuando se enteran de que no son ciudadanos estadounidenses.
Es sumamente dramático cuando se enteran de que legalmente no pueden permanecer en el país que aman, en el que han vivido y crecido desde siempre, con la desventaja de no saber vivir en ningún otro país y en ocasiones incluso de no hablar bien el idioma español, esta situación se puede observar frecuentemente en los jóvenes conocidos como Dreamers, que siguieron sus estudios y tuvieron permiso de trabajo a pesar de ser indocumentados durante la administración del presidente Barack Obama.
Si bien es cierto que las nuevas directrices en materia de política migratoria están tornando mucho más difícil la vida de los niños latinos y en general de todos los inmigrantes, el tema de la discriminación no es nuevo en las escuelas.
Desde la escuela primaria –un promedio de 8 años- los niños ya saben identificar la discriminación, se sienten distintos, incluso menospreciados por sus pares y por los maestros en muchas ocasiones.
Existen estudios que confirman que la discriminación puede causar daños psicológicos irreversibles si no se detecta y se detiene a tiempo, y no sólo afecta y cambia negativamente la conducta de los estudiantes, sino que es notable en la baja de aprovechamiento -que no forzosamente tiene que ser resultado de poco interés o de deficiencia de atención, como erróneamente se diagnostica con frecuencia-, sino que es temor a la burla y al escarnio si se desea participar activamente en las clases.
Padres y maestros deben ayudar a los niños a desarrollar técnicas para enfrentar y remontar la discriminación en las escuelas tanto de maestros como de sus pares.
Es fundamental que los padres sepan que pueden buscar asesoría o consejo en el caso de que sus hijos estén siendo víctimas de discriminación escolar o de cualquier tipo de abuso físico por parte de sus compañeros.
Desde luego es indispensable tratar de mantener una buena comunicación con sus hijos y que ellos sientan confianza de compartirle sus preocupaciones o sus gustos, y tratar de poder hablar de cualquier tema sin alterarse. No es fácil. Pero es indispensable construir puentes de entendimiento con sus hijos desde niños, y desde luego tratar de que estos perduren cuando sean adolescentes.
Es importante también hablar con ellos acerca de cuál es la situación actual y de cuáles son los retos o amenazas a su cotidianidad, y platicar lo más serenamente posible en caso de que la familia esté en riesgo de ser separada, y sobretodo dejarles claro que hay algunas órdenes ejecutivas que no los afectan directamente.
Es importante también compartir con los niños el hecho de que las autoridades de su país de origen pueden apoyarlos y están fortaleciendo sus herramientas legales para poder defenderlos y que no se sientan desprotegidos en situaciones para las que generalmente no están preparados a enfrentar.
Pareciera que en un futuro no muy lejano, miles de ciudadanos estadounidenses, niños que nacieron en este país, tendrán que dejarlo para viajar a la tierra de origen de sus padres, y crecer y educarse en el extranjero, aunque según la Declaración de los Derechos del Niño establece en su Artículo 7º.
, que éste “tiene derecho a recibir educación que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas elementales. Se le dará una educación que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social y llegar a ser un miembro útil de la sociedad”.
Para apoyar a su niño acérquese a los maestros y consejeros en escuela, las instituciones educativas están obligadas a proteger a los alumnos en contra te cualquier tipo de discriminación y en caso de que usted detecte es la misma institución esta perpetrando un acto de discriminación puede acercarse al distrito escolar pedir ayuda. Recuerde que su hijo tiene derecho a participar de todos los programas implementados por la escuela para apoyo o recreación de los alumnos, y no le pueden negar el acceso a éstos o hacerlo sentirse segregado o estigmatizado de ninguna manera.
Asegúrese, por otro lado, que sus hijos no sean inscritos en programas de educación especial como resultado de un prejuicio basado en su herencia cultural. Y en caso de requerir clases de Inglés como Segunda Lengua, (ESL por sus siglas en inglés), el salón en el que se impartan estas clases esté en condiciones tercer utilizado para la enseñanza y que esté lo más cercano posible a su aula habitual.
Celebremos el Día del Niño, cuidándolos, ayudándolos a detectar y evitar los efectos negativos de la discriminación, hagámoslo como primer paso para asegurar su éxito académico y su éxito en la vida, y que puedan quedarse a vivir en el lugar que nacieron o eligieron como su nuevo hogar.