Por Karina Escamilla
No le digas a nadie (Don´t tell anyone) realizado por Mikaela Shwer, es un documental sobre la vida de Angy Rivera y su lucha por salir de las sombras.
Angy vive en Estados Unidos desde los 4 años con un secreto que la persiguió durante años. No tener documentos. Ahora a los 24 estudia en la Universidad John Jay y se ha convertido en una activista en favor de los derechos de la juventud sin documentos, tiene un canal de Youtube con 27,000 visitantes, donde da consejos a los jóvenes que se encuentran en la misma circunstancia que ella.
El documental muestra también como Angy salió de las sombras por segunda vez compartiendo su historia de abuso sexual, una experiencia común con las mujeres sin documentos. A través de los 71 minutos de duración, el documental, No se lo digas a nadie, es un viaje desde la pobreza rural en Colombia hasta la primera plana del New York Times. La pieza será estrenada por PBS POV el 21 de septiembre a las 10:00 PM.
Como Angie ya 600,000 jóvenes han salido de la sombra y se han integrado o están por integrarse a la fuerza laboral de este país.
Es interesante como se habla de inmigrantes, como si fuera una situación que se tiene que ocultar, de que avergonzarse o una actividad delictiva. La naturaleza humana a través de la historia ha sido testigo de los movimientos de grupos en búsqueda de una nueva vida. El origen de Estados Unidos es gracias a estos grupos que inmigraron y conformaron la nación. Este grupo de jóvenes no son extranjeros, no son extraños a esta cultura, se han criado aquí, se han educado y han contribuido al desarrollo económico de este país.
Historias como las de Angy y de muchos jóvenes son ejemplos de vida en esta sociedad que ya no puede ignorar que ha cambiado.
A los Otros Dreamers los que han regresado a sus países de origen, los que fueron deportados, donde se consideran que en un periodo de cinco años se regresaron a más de un millón y medio, les toca integrarse de nuevo al país que los vio nacer pero donde no crecieron, en los que en muchas ocasiones sus familiares huyeron por la pobreza o la violencia, ahora regresan y el país que los crio los ha perdido.
Este otro fenómeno migratorio trae muchos retos a esta nueva sociedad donde muchas familias se separan. Donde muchos de estos chicos están capacitados en actividades que ni siquiera existen en sus lugares de origen y culturalmente se sienten como extranjeros en su propia tierra.
Lo interesante seria no seguir armando o creando murallas más grandes, si no apoyar a las economías y a los países para que los personas no tengan que salir de sus países de origen en búsqueda de una nueva vida, si no que puedan tener una buena vida es su propio país, sin violencia, corrupción ni, abusos. Y que si las personas emigran sea por una elección más libre en búsqueda de más oportunidades no en búsqueda de la supervivencia. El movimiento humano como el de la tierra no lo podemos parar, pero lo ideal sería que fuera más justo y no tras rastros de muerte y con sentimientos de culpa, ya que esto último como en las violaciones hacen que no se lo digas a nadie y te mantengas en la sombras y que los abusos sean mayores en todos los sentidos.