Con el arranque de 2017 António Guterres comenzará a fungir como secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en sustitución de Ban Ki-moon, y desde su primer día enfrentará retos no resueltos por su antecesor, como el conflicto de Siria, y lidiará con el ambiente de incertidumbre generado por el arribo de Donald Trump a la Casa Blanca, expuso Luis Antonio Huacuja Acevedo, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM.
“Además de primer ministro de Portugal de 1995 a 2002, el nuevo secretario fue Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados de 2005 a 2015, lo que le vendrá bien en un contexto de crisis humanitaria con visos de prolongarse; pero más allá de su experiencia, los desafíos a encarar son muy complejos”, acotó.
Entre éstos hay algunos de larga data, como afinar estrategias en favor de la paz, impulsar el desarrollo sostenible y optimizar la gestión interna de las Naciones Unidas, aunque para el responsable del Programa de Estudios sobre la Unión Europea en la FES-A, un aspecto sumamente delicado, insoslayable y apremiante es reformar el Consejo de Seguridad de la ONU por sus características actuales.
“Sus miembros permanentes son la Unión Americana, China, Rusia, Francia y Reino Unido. Sobre este grupo debemos considerar que el brexit ha aislado a los británicos de la UE; en territorio galo existe el riesgo de que la ultraderecha llegue al poder de la mano de Marine Le Pen; tenemos a un Vladimir Putin envalentonado por cómo pinta el escenario internacional; el comercio chino se ha robustecido tras el desmoronamiento del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, y en Estados Unidos se vive la incógnita Trump”, dijo.
El mundo después de Trump
Para Huacuja Acevedo, uno de los mayores logros de Ban Ki-moon en la ONU fue echar adelante los Acuerdos de París, un pacto vinculante que compromete a casi dos centenas de países a sumar esfuerzos para mitigar el calentamiento global. Ahora corresponderá a Guterres dar continuidad a esto, algo difícil debido a la amenaza de Trump de desconocer lo convenido en este renglón.
No obstante, lo anterior es apenas uno de los puntos en los que la nueva administración estadounidense ha sembrado desconcierto global, pues el magnate también se ha manifestado como un detractor del sistema multilateral, ha puesto en entredicho la permanencia de la Unión Americana en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y ha criticado que EU aporte a los organismos internacionales sin ponderar qué recibe a cambio, indicó.
“Se han encendido focos rojos en cuanto a consolidación de la paz tras el triunfo de Trump debido a su distanciamiento diplomático con China y las dudas sobre qué hará frente avances internacionales importantes como el acercamiento de Estados Unidos con Cuba o en cuanto a la relación no sólo con México, sino con el resto de América Latina. El nuevo secretario de la ONU asume gestión en un momento complicado y lo que tiene enfrente es una prueba monumental”.
La ONU y la agenda de género
En el proceso de selección del relevo de Ban Ki-moon se hizo patente un reclamo: la Secretaría General debería recaer en manos femeninas y por ello se barajó el nombre de cinco candidatas, aunque al final terminaría por imponerse António Guterres.
“Es lamentable la falta de atención a esas demandas, en particular si consideramos que en EU también se frenó la posibilidad de que una presidenta ocupara por primera vez la Casa Blanca. Ante ese escenario, que una mujer encabezara la ONU hubiera resultado una muy buena noticia”, subrayó el académico.
Por ello, el nuevo secretario está obligado a impulsar una agenda de género, pues Naciones Unidas ha quedado en deuda con el tema. Es imposible argumentar que las credenciales de Guterres sean mejores que las de las otras cinco candidatas, lo que ha levantado críticas. No prestar oídos a estos asuntos afecta la imagen del organismo y mina la ya de por sí cuestionada credibilidad y eficacia de la organización, concluyó.