Rafael Paz / David Novoa
Nuevo equipo científico se concentrará en identificar las evidencias disponibles sobre este fenómeno, la mejor manera de recopilar datos a futuro y cómo éstos pueden ser usados para avanzar en su comprensión científica
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) anunció que dedicará recursos a la creación de un grupo científico que analizará los fenómenos aéreos no identificados (UAP, por las siglas en inglés de Unidentified Aerial Phenomena). Esto, recalcó el organismo estadunidense, significa que se analizarán “observaciones en el cielo de algo que no puede identificarse como aeronaves o fenómenos naturales conocidos”.
“El número limitado de observaciones de UAP dificulta obtener conclusiones científicas sobre la naturaleza de dichos eventos. Los fenómenos no identificados en la atmósfera son de interés tanto para la seguridad nacional como para la seguridad aérea. Establecer qué eventos son naturales brinda un primer paso clave para identificar o mitigar dichos fenómenos, lo que se alinea con uno de los objetivos de la NASA, que es garantizar la seguridad de las aeronaves. No hay evidencia de que los UAP sean de origen extraterrestre”, agregó la NASA en un comunicado.
Para Julieta Fierro y José Franco, investigadores del Instituto de Astronomía de la UNAM, la conformación de este grupo de estudio independiente, al frente del cual está el astrofísico David Spergel, responde a una solicitud del Congreso de Estados Unidos y a la necesidad de dar certeza científica a este tipo de fenómenos relacionados con la seguridad aérea de diversos países.
“Ahora, desde el punto de vista de la NASA, en relación con este caso particular, a lo largo de la historia ha habido muchos avistamientos de objetos y reportes de personas que dicen que ahora sí, que ya descubrieron alienígenas, etcétera. Ahora la NASA tiene un presupuesto asignado para estudiar este problema, porque cada vez hay más presión para que se analicen estos supuestos alienígenas”, apuntó Fierro.
Por su parte, Franco afirmó que “la NASA está respondiendo a lo que el Congreso de Estados Unidos pidió a los grupos de seguridad, los cuales han estado analizando la información que se ha recogido de muchísimos grupos en todo el mundo”.
Hay reportes, agregó, tanto militares como civiles de estos avistamientos, que son cosas que llaman mucho la atención.
“Los sistemas o grupos de seguridad, no sólo en Estados Unidos, sino también en otros lugares, han estado analizando estos supuestos avistamientos porque son un problema de seguridad nacional y de seguridad aérea que quieren minimizar, porque si algunos de estos reportes son realmente de objetos –naves o drones– puestos por alguna nación extranjera para espiar y obtener algún tipo de información estratégica, es un gran problema de seguridad”.
“Esto empezó hace mucho tiempo, durante la Guerra Fría, entonces, por supuesto, se estudiaba el cielo porque se pensaba que se podía confundir un asteroide o un objeto que llegara a la Tierra con un satélite espía, lo que podría desencadenar problemas internacionales. Así que este escrutinio del cielo lleva mucho tiempo”, añadió Fierro.
¿Vida fuera de la Tierra?
Un buen número de usuarios en redes sociales ha visto en el anuncio de la NASA una confirmación de la existencia de vida inteligente fuera de la Tierra, sin embargo, para los académicos del Instituto de Astronomía es necesario esperar los resultados del estudio –el cual durará nueve meses– antes de apresurar conclusiones o los alcances de éste, ya que sus intereses de investigación son amplios.
“El nuevo término no habla de objetos, sino de fenómenos atmosféricos no identificados, porque no necesariamente son objetos. La palabra que se usaba antes –OVNI, o UFO en inglés– daba la impresión de que eran cosas sólidas, que efectivamente había algo sólido, pero no es el caso. Hay una enorme cantidad de fenómenos atmosféricos que no son objetos sólidos, puede darse el caso, incluso, que estas supuestas imágenes sean únicamente un ‘fantasma’, un reflejo, dentro de los sistemas que obtienen la imagen. Esta es la razón por la cual se decidió cambiar el nombre”, refirió Franco.
En palabras de Julieta Fierro: “Es muy difícil asegurar que un objeto o un fenómeno atmosférico sea realmente una nave hecha por humanos o por extraterrestres. Por ejemplo, si uno ve un mosquito ¿a qué velocidad pasa? Un metro por segundo para uno es muy rápido, porque lo tenemos muy cerca. Ahora pregunto: ¿a qué velocidad se mueve el Sol? El Sol se mueve alrededor del centro de la galaxia, como la Tierra alrededor del Sol, a una velocidad bastante alta, cercana a los 250 kilómetros por segundo. Pero desde la Tierra, el Sol se mueve lento respecto de un mosquito, pero éste se mueve a un metro por segundo y el Sol a 250 kilómetros por segundo, además, se mueve hacia el centro del cúmulo de la galaxia a 3600 kilómetros por segundo. Es decir, si no conoces el objeto no puedes medir su velocidad, no sabes si es un objeto cercano que se mueve muy rápido respecto de ti o de un objeto lejano”.
“El objetivo de la NASA es doble; primero, distinguir si no hay un satélite espía por ahí, que es lo que les preocupa a los militares, y que la zona de aviación esté libre porque un accidente aéreo sería terrorífico. A los astrónomos también les preocupa que un meteorito vaya a caer a la Tierra; desde hace décadas, tratan de averiguar si hay asteroides que puedan chocar contra la Tierra, que sean peligrosos. Es decir, a la astronomía le interesa esto, pero de ahí a que sean objetos extraterrestres, está muy difícil”.
“A mucha gente se le ‘aparecieron’ los extraterrestres y hablaban inglés y traían una laptop. Mucha gente lucra con esto de que se lo llevaron los extraterrestres y que hizo un viaje, se le da mucha importancia. A los astrónomos también nos gustaría buscar extraterrestres; por cierto, uno de los proyectos del James Webb, el nuevo telescopio espacial, es analizar las atmósferas de planetas extrasolares para ver si encuentran rastros de vida; es decir, sí hay esta búsqueda, pero es científica, se propone una forma de encontrarla, se hacen mediciones, se rectifica, etcétera”, agregó la investigadora.