Desde Washington, D.C., la Asociación de Universidades Públicas de Estados Unidos (APLU, por sus siglas en inglés) manifestó su enérgico rechazo al intento del presidente Donald Trump de prohibir la entrada de inmigrantes de diversos países del mundo a su territorio.
“La dimensión de esta decisión va más allá de su impacto inmediato”, señaló Peter McPherson, presidente de la APLU. “Las universidades de nuestro país se enriquecen y fortalecen con el talento, visión y cultura de los estudiantes, académicos e investigadores internacionales”, agregó.
En la misma dirección, y en documentos por separado, los rectores de distintas universidades como las de Texas en Austin, la de Indiana, la de Arizona y de Texas State, manifestaron su compromiso y apoyo a la Universidad Nacional Autónoma de México para ayudar a los estudiantes mexicanos que pudieran ser expulsados de la Unión Americana.
“Debemos trabajar juntos para asegurar que no estamos apoyando a las actuales políticas sin sentido y, como resultado, rindiéndonos a sus dictámenes”, dijo, por ejemplo, Mike Proctor, vicepresidente de la Universidad de Arizona.
Siendo los jóvenes latinos –mayoritariamente de origen mexicano– el segmento demográfico con más nuevos ingresos a las universidades públicas de Estados Unidos, destaca la respuesta de apoyo a las propuestas de 144 universidades norteamericanas, anunciadas en días pasados por el rector de la UNAM.
Convencidos de que “la creación de conocimiento y el empoderamiento educativo no tiene fronteras”, los rectores norteamericanos ofrecen a la Universidad Nacional “mantenerse unidos para afrontar los recientes ataques sin precedentes que se han generado hacia la variedad de libertades que han definido a esta nación”.
“La Universidad de Texas en Austin apoya a cada miembro de nuestra comunidad, independientemente de sus orígenes”, expuso Gregory Fenves, presidente de esa institución, en su respuesta a la gestión de la UNAM.
En la declaración de la APLU, concentrada en el rechazo a la prohibición explícita de Trump de impedir la entrada al país a personas de naciones mayoritariamente musulmanas, se advierte el peligro de que jóvenes del resto del mundo renuncien a estudiar en Estados Unidos.
Incluso en espacios como Indiana –corazón del medio oeste estadounidense, y cuna del Ku Kux Klan–, la solidaridad con los estudiantes extranjeros, en particular los mexicanos, ha sido clara.
“La Universidad de Indiana se mantendrá firme en nuestro apoyo a todos los estudiantes, independientemente de sus antecedentes o país de origen”, añadió Michael McRobbie, presidente de la misma, en una carta dirigida al rector de la UNAM, Enrique Graue.
“Entre el numeroso grupo de universidades estadounidenses que suscriben el pronunciamiento de la APLU, destacan las del sistema de universidades públicas de California, una entidad que por sí misma representa a la sexta economía del mundo y es la cuna de 30 millones de personas de origen mexicano.
Diversos rectores han informado a su colega mexicano sobre las acciones legales que preparan en defensa de sus estudiantes, en particular los llamados dreamers.
Con el pronunciamiento de la APLU se fortalece el rechazo en el mundo académico estadounidense y en amplios sectores de su sociedad a la propuesta xenófoba y aislacionista que impulsa Trump. En la misma línea, se encuentra el documento firmado por cerca de 500 filósofos de una gran cantidad de universidades de Estados Unidos, hecha pública hace un par de días.