De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México trabajan en la informalidad 30.5 millones de personas
No cabe duda que la película Roma de Alfonso Cuarón ha sido polémica, no sólo por su nula exhibición en las cadenas comerciales, sino porque el filme desvela el tema de las trabajadoras domésticas y sus condiciones laborales en nuestro país.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México trabajan en la informalidad 30.5 millones de personas, y de ellas, 2 millones 210 mil 100 desempeñan alguna actividad relacionada con el trabajo doméstico remunerado.
En ese contexto, Julia del Carmen Chávez Carapia, coordinadora del Centro de Estudios de Género de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, explicó que en el trabajo doméstico existen dos modalidades: la no remunerada y la remunerada.
“El trabajo doméstico es una actividad que no se es remunerada y que realizan la gran mayoría de las mujeres, son todas las actividades de reproducción social que se dan en la familia. Las actividades de reproducción social son todas aquellas que están relacionadas con tener hijos, cuidar a los hijos, darles de comer, pero también atender a la pareja responsable de proveer económicamente el hogar”.
Aunque sea una actividad remunerada, el trabajo doméstico no es un oficio que suela contar con prestaciones como aguinaldo, seguro social o alguna ley que ampare a los trabajadores. Además, en algunos casos las condiciones laborales rayan en la esclavitud con ganancias menores al salario mínimo y horas continuas de trabajo.
“El trabajo doméstico también se presta a muchas situaciones. Se presta a la esclavitud, pues las mujeres están todo el día sin un horario de fijo, pueden estar día y noche, sin descansos, con salarios bajos, sin prestaciones sociales como seguro, vacaciones. Entonces, ahí encontramos esa problemática”.
Los cambios
La lucha de las trabajadoras domésticas organizadas tiene al menos dos décadas, de acuerdo a la iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo, en materia de personas trabajadoras del hogar, presentada el pasado 4 de diciembre en el Senado de la República, la cual exige un marco legal para la regulación de este tipo de labor.
El miércoles 5 de diciembre, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aprobó el proyecto del ministro Alberto Pérez Dayán que señala el registro de los trabajadores domésticos al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
“No existe alguna razón constitucionalmente válida por la cual la Ley Federal del Trabajo y la Ley del IMSS excluyan el trabajo doméstico del régimen obligatorio de seguridad social, lo cual provoca una discriminación injusta contra dichas trabajadoras”, sostuvo la SCJN.