Por Jorge M. Gonzalez
Klemens von Metternick (1773-1859), príncipe de Metternich-Winneburg, fue un político austríaco quien actuaría como primer ministro de dicho imperio desde 1821 hasta ser depuesto por la “Revolución de 1848”, también conocida como la “Primavera de los pueblos”, cuyo carácter nacionalista influenciaría las primeras muestras organizadas del movimiento obrero en el siglo 19. Basado en el trabajo de Ludwig von Rochau (1810-1873) “Política Práctica: una aplicación de sus principios a la situación de los estados germanos” publicado en 1853, von Metternick establecría el término “Realpolitik.” Filosofía política basada en un acercamiento práctico o pragmático a los procedimientos políticos.
La “Realpolitik” tendría como principio fundamental que al confrontarse con la necesidad de escoger dos opciones desagradables, la menos dañina debería ser la elegida. Esta disyuntiva es conocida como el principio “del menor de dos males.” Durante la guerra fría, numerosos países, incluyendo Estados Unidos, utilizaron este principio como estrategia. De allí el apoyo que le dieron a varios dictadores de naciones del Tercer Mundo, mientras estos rechazaran claramente al comunismo.
El principio del menor de los dos males es frecuentemente invocado para votar táctica o estratégicamente en elecciones con más de dos candidatos, donde un votante se vería obligado a apoyar a un candidato diferente al de su preferencia. El único fin de esta táctica es tratar de prevenir resultados indeseables.
Hoy, a pocos días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos nos vemos en una situación particular. Aunque pudiéramos escoger entre cuatro candidatos, dos de estos (Johnson and Stein), aun influyendo ligeramente en el resultado final, no tienen ninguna posibilidad de ganar. Esto se debe a la llamada “Ley Duverger”, la cual establece que “ … el sistema de mayoría y una sola vuelta, favorece al sistema bipartidista.” En Estados Unidos, cada distrito provee un solo puesto legislativo y el ganador de la elección obtendrá dicho puesto, favoreciendo entonces solo a los dos partidos dominantes. Vemos como en este sistema, todo lo que necesita un partido es tener más votos para que el ganador se quede con el “único premio”. En tales condiciones, las probabilidades de que un partido gane las elecciones serán mayores solo si existen dos partidos. En este país esta es la norma, ya que cada colegio electoral es en sí mismo “un ganador que se lleva todo” y el candidato que obtenga más votos en cada estado obtendrá todos los votos electorales del estado.
Por consiguiente, en esta “Realpolitik” imperante, los partidos sólo deben atraer suficientes votantes para permitirles ganar. Es así como los actores políticos tienden a consolidar sus esfuerzos con el único fin de quedar en uno de los dos grupos preferenciales.
No hay duda, a pesar de la crisis evidente que afecta a ambos partidos dominantes, solo Trump o Clinton obtendrán el “trofeo electoral.” … Y a pesar de que algunos opinamos como el fallecido Jerry García (1942-1995) que “… escoger constantemente al menor de dos males es siempre escoger el mal”, si pretendemos dar nuestra opinión, cumplamos con el país: … ¡Salgamos a votar!