Por Jorge M. Gonzalez
El pasado 6 de Diciembre la mayoría de la población venezolana eligió a candidatos de la oposición para que los representaran en la Asamblea Nacional. Este 5 de Enero la nueva Asamblea se hará cargo y la oposición tendrá Mayoría Calificada, convirtiéndose así en el único poder nacional desligado de la jefatura y control absoluto del régimen. Marca este evento lo que quisiéramos llamar “el principio del fin.”
El preámbulo a esta pesadilla comenzó a materializarse el 4 de Febrero de 1992, cuando un Teniente Coronel que había pasado veinte años en los cuarteles en cargos intrascendentes y tomando cursos que el mismo reconoció no le enseñaron nada, llega tarde a tomar el control del Museo Histórico Militar. Se rendiría media hora después en nombre del resto de los comandantes, quienes aún luchaban intentando sacar del poder a Carlos Andrés Pérez, presidente democráticamente elegido.
Aquel Teniente Coronel, mitómano a rabiar, resentido y sin preparación, terminaría apoyado por buena parte de la población que lo convertiría en presidente democrático en 1998. A partir de ese momento, antidemocráticamente, se dedicó a eliminar a los partidos tradicionales, a las instituciones y destruyó el aparato productivo del país. Sus acólitos lo ayudarían a consolidar una autocracia cleptocrática con visos oclocráticos. Antes de morir “impondría” en el poder a un incompetente, llevando al país, entre otras cosas, al peor desastre económico de su historia.
Desde Noviembre de 2014, el régimen no presenta índices económicos oficiales, pretendiendo ocultar que al cierre del 2015 la inflación llegó al 200%, la contracción de la economía fue de 10% finalizando Diciembre y el nivel de escasez llegó al 61% y continúa avanzando. Los pocos alimentos que se consiguen han aumentado entre 300 y 400%. Un 73% de los hogares se encuentran en situación de pobreza y la pobreza crítica se duplicó en apenas 1 año. Diecisiete años de desencanto no deben haber pasado en vano y muchos de los votos de personas que alguna vez “acompañaron” al “proceso revolucionario” claramente apoyaron este 6 de Diciembre pasado a los representantes de la alternativa democrática de la Mesa de la Unidad.
Sin embargo, durante todo el mes de Diciembre tanto el máximo dirigente, como prominentes personeros del régimen no solo han estado declarando contra la democracia y aquellos que quieren cambio, sino realizando acciones desesperadas con el objeto de empañar el gran triunfo de quienes desean paz y un país próspero. Es clara antesala que este 2016 no será fácil. La nueva Asamblea, aún con su mayoría absoluta, tendrá en contra a un régimen que no termina de entender que las soluciones para el país no están en una ideología obsoleta y el progreso no se obtiene de la mano de ignorantes.
Quienes aún creen que hay remedio para Venezuela, le han dado un voto de confianza a la Mesa de la Unidad. Queremos ver que esta alternativa democrática conduzca al país hacia su mejoramiento socioeconómico. Esperamos que para esta pesadilla que ya lleva 17 años sea el principio del fin.