El anuncio de que Estados Unidos comienza el repliegue de su presencia militar en Siria representa una nueva derrota de proporciones históricas para toda la coalición de intereses internacionales que apostaron tanto al colapso del régimen de Bashar al-Assad, acusado de ser uno de los dictadores más brutales del nuevo milenio.
La decisión de Trump de cumplir su promesa aislacionista que tanto aplaude su base electoral fue ampliamente aplaudida por Vladimir Putin, el hombre que mueve los hilos del poder en Rusia y, según parece, también en el 1600 de la Avenida Pensilvania.
Con ISIS relativamente fuera del escenario principal, el repliegue militar estadounidense en el Medio Oriente podría ser el inicio de un gran proceso de cambio en el tablero geopolítico de esa región del mundo.
