El encono poítico ha llegado a niveles extremos. En su afan de destruir todo lo que venga del primer presidente no-blanco de la historia, y particularmente una muy necesaria reforma temporal al sistema migratorio, el ala extremista del Partido Repúblicano rompió con su propio liderazgo en la Cámara de Representantes y toda su mayoría en el Senado y estuvo a punto de eliminar todo el presupuesto del Departamento de Seguridad Interna del este país.
Fue necesaria una alianza de último minuto entre el liderazgo republicano y la minoría demócrata en el Congreso para poder rescatar el presupuesto de todo el aparato de seguridad interna de Estados Unidos.
Las aduanas, fronteras, puertos y todos los centros estratégicos serán protegidos, al menos por 7 días más.
En las últimas horas de febrero el ala extremista del Partido Republicano demostró estar dispuesta a sacrificar la seguridad nacional solamente para castigar al Presidente Obama y su decisión de ofrecer una salida, aunque temporal, a millones de trabajadores inmigrantes.
La alianza de políticos ultra conservadores, anti inmigrantes, populistas de derecha e incluso xenófobos y racistas intentó generar una crisis nacional que dejaría sin poder cobrar su sueldo a más de 200 mil empleados federales.
Mientras la Casa Blanca impugna la decisión de un juez de detener sus reformas migratorias temporales, los extremistas del Capitolio seguirán intentando sus ataques suicidas contra Obama y decisión de arreglar el obsoleto sistema migratorio actual, un tema con el que coincide la inmensa mayoría de la población.
Parecer ser las mismas fuerzas que intentaron separarse del país durante la Guerra Civil, las mismas que intentaron aplastar el movimiento de los derechos civiles hace medio siglo. Las mismas que, intentan comprar la elección presidencial del año que viene.