Por Erika Pérez Cañón
Mucho se ha hablado acerca de los grupos de mujeres que se ayudan para empoderarse espiritual y económicamente, también hemos sabido de muchas campañas de desprestigio, han dicho que es un fraude, que es un engaño, etc. Pero muy pocas personas hablan de su experiencia en dichos grupos, el Telar por ejemplo, de la experiencia espiritual, del trabajo en equipo, de la retroalimentación que existe, del crecimiento en general de las mujeres que participar en él.
¿Por qué sólo mujeres? Porque desde hace ya varias generaciones, la mujer está jugando un papel protagónico en cuanto a su economía, que no se había visto antes. Ahora las mujeres somos más conscientes de nuestros alcances en muchos aspectos de la vida, de nuestra espiritualidad y de la sabiduría propia del género.
Es entonces en ese despertar, que creamos un espacio para fortalecer y para sanar temas muy específicos de cada una, temas que muchas veces vienen desde hace varias generaciones.
Yo les quiero compartir mi experiencia en el Telar, ya que somos un grupo de mujeres con características, habilidades y aptitudes diferentes, todas fuertes, comprometidas con nuestros sueños, dispuestas a compartir los conocimientos que hemos adquirido a lo largo de la vida, algunas por nuestras propias experiencias y otras por que han estudiado alguna o algunas técnicas que atienden las cuestiones del “ser”. Cabe mencionar que somos un grupo muy bien organizado, manejamos un sistema económico basado en las “economías ancestrales” mismas que se fundamentaban en la premisa de “compartir, más que de “competir” (así es como yo lo entiendo), pues de lo que se trata es de que, cuando yo doy un regalo de corazón… el universo o Dios o la Ley de la atracción o (llámenlo como ustedes quieran), me lo regresa multiplicado!
Es muy sencillo, tú entregas un regalo a una mujer del telar a la que tal vez ni siquiera conoces, y posteriormente invitas a otras dos mujeres a que hagan lo mismo que tú, y ellas a su vez, harán lo mismo, la idea es que en la medida en la van llegando nuevas invitadas, las otras mujeres van avanzando de posición y la que está en el centro del Telar es la que recibe los regalos y sale para darle oportunidad a las demás de que avancen y reciban sus regalos como ella.
La idea es que sea un movimiento infinito, en el que se multipliquen los regalos para todas, pero lo más importante de este movimiento, es que es un viaje lleno de regalos espirituales, ya que conoces mujeres fuertes, inteligentes, sabias, exitosas, llenas de conocimientos, que durante el proceso compartimos todas nuestras experiencias y aprendemos de las demás, entonces esto se convierte en un trabajo muy intenso de depuración, aprendizaje y crecimiento espiritual, así es como tejemos entre nosotras lazos de hermandad, aprendemos a confiar, a dar y a recibir, son solo algunas de tantas cuestiones que muchas veces, nos cuesta trabajo manejar, porque de alguna manera, no nos creemos merecedoras de todo lo que nos ofrece el universo y vivimos en una constante “escases” en muchos aspectos de nuestras vidas, como por ejemplo, no nos creemos merecedoras de una buena economía, de amor, de amistad, de salud, etc. es por eso que aquí, aprendemos que al compartir desde el corazón, la ley de la atracción hace su trabajo y llegan a ti cosas maravillosas en muchos aspectos, incluso compartimos algunas actividades para nuestro crecimiento espiritual, así como emocional y económico.
Para mí, este Telar es el resultado del trabajo de mujeres poderosas, sabias, exitosas, fuertes y muy valiosas, quienes tenemos el propósito de confiar, compartir y hacer de éste, un mundo mejor.
Propongo que empecemos a tejer un mejor futuro, en el que seamos más justos, más sabios, más nobles y más comprometidos.
Disfrutemos de este viaje que es la vida, porque no se repetirá.