Por Oriana Ruvalcaba
En años recientes el debate acerca de los beneficios de las tareas en los estudiantes ha comenzado a cobrar relevancia.
Por un lado están los docentes que basados en su experiencia han adoptado por una política de no tarea para sus alumnos, o en su defecto llevan a la casa como tarea, solamente los ejercicios o trabajos que no terminaron durante el tiempo de clases.
Algunos padres están totalmente de acuerdo con esta nueva idea de enseñar, ya que asumen la tarea como una fuente de ansiedad y estrés para sus hijos, y desde luego también para ellos, ya que en su mayoría, en las familias modernas trabajan ambos progenitores, y consideran como una responsabilidad más en la agenda de su día, llegar a revisar tareas o ayudar a sus pequeños con los trabajos o investigaciones que deben presentar al día siguiente.
Algunos especialistas en educación argumentan por otro lado, que el estrés en los niños y jóvenes no debe centrarse en el proceso educación, y enfatizan qué es la relación entre padres e hijos la que produce estrés en los estudiantes.
No es la tarea en sí la que causa angustia, sino la presión que ejercen los padres y la exigencia de que vayan siempre adelante, que sean los mejores de la clase, los mejores del escuela. Dado que vivimos en una sociedad sumamente competitiva en la que los propios padres enfrentan en su ámbito laboral a muchos retos y frustraciones que desafortunadamente transmiten a sus hijos.
Desde luego hay maestros y padres que consideran que su labor es presionar a sus estudiantes e hijos para que logren la excelencia en todo lo que se proponen, y por lo tanto consideran que la tarea escolar en la casa es indispensable en su proceso de formación, coinciden en pensar que depende de cada estudiante su manejo de las emociones, tanto del estrés como de la frustración de no tener tiempo libre para dedicarse a realizar otras actividades que le gusten más durante el día, o convivir con sus amigos.
Independientemente de cuál sea su postura en el tema de la tarea escolar, lo importante es el bienestar de sus hijos, los especialistas en educación ponen mucho énfasis en que sea cual fuere la decisión que se toma en el salón de clases o en la escuela a la que asisten, es fundamental estar cerca de ellos.
En su acompañamiento debe tomar en cuenta que la tarea escolar en casa ayuda realmente cuando los jóvenes son eficientes, organizados y saben cómo responder cuanto llegan a un aparente obstáculo insalvable en sus investigaciones, el problema surge cuando los niños no tiene estructura, o se les dificulta entender alguna materia, el tiempo que les toma resolver un problema es mucho mayor que el necesario para otros estudiantes. Los padres o tutores son quienes enseñan los hábitos de disciplina y orden.
Investigaciones recientes muestran que la tarea en los niños antes del quinto grado no son benéficas, no les ayudan a ser más inteligentes o a obtener una calificación más alta.
Para los niños mayores 90 minutos de tarea es un tiempo perfecto, cualquier otro a opción es redundante.
Para los alumnos que tienen un sistema estudio organizado para completar sus asignaturas, la tarea puede ser una herramienta excelente.
Recuerde que los padres son quienes educan a los hijos no los maestros, Y en sus manos está el alimentar su autoestima para que la realidad escolar no los agobie ni los estrese y tengan una infancia y juventud lo más felices posible.