La hepatitis A es una infección hepática común en México causada por el virus de la hepatitis A (VHA). Se ha identificado que existen grupos de riesgo más propensos a esta enfermedad, como personas viajeras, consumidoras de drogas, con enfermedades hepáticas crónicas y VIH, que se encuentran en asilos y guarderías, personal de salud y hombres que tienen sexo con hombres.
Los síntomas iniciales de la hepatitis A suelen aparecer alrededor de un mes después de la infección e incluyen fatiga, náuseas, vómitos, falta de apetito, fiebre y dolor abdominal en el cuadrante superior derecho. A medida que pasa el tiempo, pueden surgir otros signos como orina oscura (bilirrubinuria), heces pálidas (carentes de pigmento bilirrubínico), ictericia (tinte amarillo en la piel) y prurito (sensación de picazón). El periodo de incubación puede durar de 15 a 45 días, dos semanas antes de iniciar con síntomas y hasta una semana después de la aparición de la ictericia, las personas son altamente contagiosas, por lo que se recomienda el aislamiento hasta que la fiebre y la ictericia hayan desaparecido.
Cabe destacar que no existe un tratamiento específico contra el virus de la hepatitis A, por lo que el manejo de la enfermedad se centra en cuidados en casa, que incluyen descanso. En la mayoría de los casos, la enfermedad tiende a mejorar por sí sola. Aproximadamente seis meses después de contraer la infección, se experimenta una mejoría completa sin secuelas hepáticas. Durante el período de recuperación, se recomienda evitar el consumo de alcohol y ciertos medicamentos, como el paracetamol, a menos que sea indicado por un médico.
Con el fin de prevenir la propagación de la hepatitis A, se han establecido diversas medidas preventivas. Estas incluyen evitar el contacto directo al saludar, mantener una adecuada higiene de manos, especialmente después de ir al baño, cambiar pañales, tocar la basura o ropa sucia, así como antes de preparar alimentos y comer.
También se recomiendan medidas de higiene y sanidad al preparar y conservar los alimentos, incluyendo el consumo de leche pasteurizada, lavado y desinfección de frutas y verduras, almacenar los alimentos a temperaturas adecuadas (4,4ºC o menos en el refrigerador y el congelador a no más de -17,8ºC), separar alimentos crudos de los cocidos, evitar guardar alimentos preparados por tiempo prolongado, lavar los utensilios después de su uso, así como, preferir locales de comida establecidos y comida caliente.
Además, la vacunación contra el virus de la hepatitis A es una medida efectiva para prevenir la enfermedad. Se recomienda un esquema de dos dosis en niños a partir de los doce meses y de dos o tres dosis en adultos con factores de alto riesgo.