En mayo, las Naciones Unidas advirtieron que 1 millón de especies están en riesgo de extinción, y que se está acabando el tiempo para salvarlas, lo que representa un grave riesgo para la vida humana.
Ahora, la administración del presidente Donald Trump está haciendo cambios drásticos en la forma en que se aplica la Ley de Especies en Peligro de Extinción (ESA). Las revisiones debilitan las protecciones para las especies amenazadas y permitirán que las agencias federales realicen análisis económicos al decidir si proteger una especie.
La ESA prohíbe el acoso, el daño o la captura de especies consideradas en peligro de extinción, y requiere que las agencias promulguen normas diseñadas para proteger sus ecosistemas. Su objetivo, según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (FWS siglas del inglés Fish and Wildlife Service) es ayudar a las especies a recuperarse hasta el punto de que ya no necesitan protección federal.
El argumento de la administración Trump para reducir la ley se basa en la idea de que es una carga para las empresas.
El gobierno de los Estados Unidos dice que estas actualizaciones aliviarán la carga de las regulaciones y aumentarán la transparencia en las decisiones sobre si una especie merece protección. Pero los críticos dicen que las revisiones paralizan la capacidad de la ESA para proteger especies bajo una mayor amenaza del desarrollo humano y el cambio climático.
“Estos cambios inclinan la balanza a favor de la industria“, dice Brett Hartl, director de asuntos gubernamentales del grupo de defensa ambiental del Centro para la Diversidad Biológica.
El principal de los cambios es la eliminación de protecciones generales para animales y plantas amenazados.
El segundo cambio clave tiene que ver con las amenazas que afectarían a una especie en el “futuro previsible”. Ahora, tienen margen de maniobra para determinar el período de tiempo previsto para el futuro previsible, y solo pueden considerar las amenazas que son “probables” en ese período de tiempo. Los críticos dicen que este lenguaje más débil podría permitir a los reguladores ignorar las amenazas del cambio climático, como el aumento del nivel del mar, porque sus efectos podrían no sentirse durante décadas.
La Administración de Trump, ignoró los cientos de miles de objeciones de científicos, expertos en vida silvestre y el pueblo estadounidense que apoyan abrumadoramente la Ley de Especies en Peligro de Extinción, dijo Rebecca Riley, directora legal del Programa de Naturaleza en el Consejo de Defensa de Recursos Naturales, en el comunicado.
“En las cuatro décadas desde que la Ley de Especies en Peligro de Extinción se convirtió en ley, el 99% de las especies protegidas no han perecido“.
Se espera que los cambios a la ESA se publiquen en el Registro Federal del gobierno de los Estados Unidos esta semana. Surtirán efecto 30 días después de la publicación.
Fuente: Nature y LiveScience