Los días de Leonardo Miguel Saldívar giraban en torno al dibujo, los videojuegos, el boxeo y las barras. Siempre le gustó el ejercicio, pero un día su vida dio un vuelco inesperado.
Los videojuegos desaparecieron de su vida, así como muchas otras cosas que ya no podía realizar, pero las ganas de salir adelante a pesar de la adversidad fueron su motivación. A los 17 años sufrió un accidente en el que perdió la extremidad superior. Con ese cambio drástico en su vida, que “nunca imaginó”, ingresó a un centro de ayuda para amputados y discapacitados donde conoció algunas asociaciones que apoyan a personas con su condición.
Ahí se enteró del espacio que hay en la UNAM para practicar deportes. Leonardo es practicante de atletismo en deporte adaptado de la Universidad. “Uno empieza con un pensamiento y ahora sé que me tengo que enfocar en lo que se tiene que hacer y en cómo hacerlo, ese pensamiento se transforma en una emoción y esa emoción se transforma en el motivo para hacer las cosas”.
El deporte era su forma de distracción para salir del desánimo que vivía. En la natación, salto de longitud y la pista de 100 y 200 metros planos encontró la motivación que necesitaba para salir de ese bache, competir y retomar su gusto por salir de viaje. “Vi algo tangible en el hecho de competir, sabía que podía llegar hasta un mundial”.
La pandemia no ha frenado sus entrenamientos, en casa realiza saltos, abdominales, lagartijas, un poco de barra, en ocasiones sale en bici y cuando observa poca gente en la calle sale a correr y realiza “sprints”.
Para Leonardo Saldívar el deporte le da emoción a su vida, su meta es clasificar a los panamericanos y después a concursos internacionales. Exhorta a las personas a que practiquen un deporte, “ustedes mismos se sorprenderán de lo que pueden lograr”.