Los antibióticos han salvado tantas vidas durante casi un siglo de uso en humanos que se consideran un gran avance en la medicina contemporánea. Desafortunadamente, se vuelven progresivamente ineficaces por el preocupante aumento en el número de cepas bacterianas capaces de resistirlos.
Si esta tendencia se generaliza, las consecuencias para las comunidades humanas y animales serían catastróficas: los nuevos antibióticos puestos en el mercado son pocos y se reducen a los derivados de los medicamentos existentes.
En este contexto, los científicos de la Universidad de Rennes 1 identificaron en 2011 una toxina secretada por la bacteria Staphylococcus aureus, conocida como PepA1, capaz de atacar a las bacterias competidoras, así como a las células del cuerpo humano.
Efectividad y ausencia de toxicidad probadas en el laboratorio
Los investigadores generaron una nueva familia de peptidomiméticos, péptidos inspirados en la molécula natural bacteriana PepA1, y de la serie de veinte moléculas creadas, fabricadas y purificadas, solo dos fueron particularmente eficaces contra el estafilococo dorado (resistente a la meticilina, causante común de infecciones intrahospitalarias) y Pseudomonas aeruginosa resistente a múltiples fármacos, que probaron en ratones infectados (septicemia y absceso cutáneo). Las moléculas no mostraron ninguna toxicidad, ni en animales ni en cultivos de células humanas.
Por lo tanto, estas nuevas moléculas son, en esta etapa, bien toleradas a sus dosis activas e incluso más allá, y en particular sin toxicidad para los riñones de ratones o células aisladas de riñón humano (dificultad que se encuentra a menudo para este tipo de moléculas):
“Los probamos a dosis de 10 a 50 veces la dosis efectiva sin observar ninguna toxicidad“, dice Brice Felden, quien también dice que “fue necesario el aporte y la imaginación del equipo y de nuestros colaboradores químicos para diseñar las moléculas más activas en ratones infectados“.
Es importante destacar que las bacterias en contacto durante varios días en animales con estos antibióticos mostraron solo signos muy débiles de resistencia.
Esta falta de resistencia observada puede explicarse por el modo de acción original de estos antibióticos: el péptido se une a las membrana bacteriana, causando su ruptura y muerte. Probablemente sea difícil para las bacterias tratadas resistir este tipo de ataque por los mecanismos evolutivos que les permiten adaptar su membrana.
Estos péptidos son prometedores para nuevos tratamientos en humanos y otros animales, por lo que el descubrimiento dio lugar a una publicación en julio del 2019 en la prestigiosa revista PLOS Biology. Además, los científicos han presentado las correspondientes patentes, y se está creando una nueva empresa cuyos principales objetivos serán: sintetizar y purificar una cantidad suficiente de estos péptidos para ser probados en humanos; para montar ensayos clínicos de fase 1 en voluntarios sanos, probablemente en el contexto del Centro Hospitalario Universitario de Rennes.
Después de dejar el laboratorio, pasarán varios años antes de que estas nuevas moléculas puedan reclamar el título del medicamento: deben demostrar su efectividad en voluntarios sanos, un buen nivel de tolerancia y confirmar que pueden tratar a humanos infectados idealmente sin desencadenar resistencia en las bacterias que atacan o en otras.
Si cumplen con estos requisitos, serán elegibles para una solicitud de autorización de comercialización.
Fuente: Université de Rennes 1
Artículo: “Novel antibiotics effective against gram-positive and -negative multi-resistant bacteria with limited resistance“. PLOS Biology