Por Mercedes Graciela Porras Villalobos, Mireya Velázquez Paniagua y Patricia Vergara Aragón
Departamento de Fisiología, Facultad de Medicina. UNAM
El uso de la marihuana medicinal o Cannabis sativa se remonta al año 2700 a. C la planta pertenece a la familia de las Cannabáceas y es cultivada prácticamente en todo el mundo, pero es originaria de Asia central y occidental. Estudios clínicos indican que el uso de la marihuana ya sea en forma de vapor, pomada, aerosol, cigarrillo, pastelillos o como parte de fármacos, puede contribuir a mejorar la calidad de vida en pacientes con cáncer, anorexia, glaucoma, síndrome de Tourette, Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), fibromialgia y esclerosis múltiple entre otras. La marihuana produce de 400 a 500 compuestos químicos, entre los que destacan los cannabinoides. motivo por el que un gran número de especialistas coinciden en que es necesario estudiar con mayor profundidad sus potenciales efectos benéficos, así como también sus aspectos perjudiciales, pues aún falta mucho por conocer sobre la aplicación clínica generándose grandes polémicas en torno al uso terapéutico que se le pueda dar. Cabe señalar, el consumo de marihuana con fines terapéuticos no es recomendable para menores de 18 años, debido a que el cerebro aún no ha terminado su proceso de maduración.
Es empleado para controlar el vómito.
En pacientes con cáncer los cannabinoides tienen efecto en el control de la náusea, y del vómito.
Como estimulante de apetito.
En los pacientes que pasan por estados avanzados de cáncer y SIDA se presenta pérdida del apetito con la consecuente pérdida de peso que puede evolucionar a caquexia. En un estudio controlado, de 139 pacientes se demostró que una de las sustancias activas de la marihuana; el Tetrahidrocannabinol (THC) por vía oral estimula el apetito y ayuda a retardar la pérdida crónica de peso en adultos que sufren de cáncer avanzado después de seis semanas de tratamiento, adicionalmente mejora su estado de ánimo.
Para contrarrestar los efectos del dolor en pacientes diabéticos.
En el Centro de Investigación de Clínica General del Centro Médico de la Universidad de San Diego en California (se realizó un estudio controlado doble ciego y placebo. Este estudio clínico se llevó a cabo con pacientes diabéticos tipo 1 y 2, se les administró THC. Los pacientes diabéticos con dolor que no cede con medicamentos, mostraron en este estudio de corto plazo una reducción dependiente de la dosis de Cannabis, en la neuropatía diabética periférica.
Tratamiento de convulsiones en la infancia.
Este padecimiento es fármaco-resistente caracterizada por su inicio durante los primeros seis meses de vida, las continuas convulsiones y el deterioro en el desarrollo del menor, son la causa de mortalidad temprana. Los doctores Dimah y Charuta del Hospital Pediátrico de la Ciudad de Iowa describen el caso de un niño de 10 meses con convulsiones parciales malignas en la infancia, situación que evoluciono con una mejoría sostenida y la disminución en el número de las crisis convulsivas con la adición de cannabidiol a su medicación antiepiléptica.
A pesar del sin número de casos en los que la cannabis se emplea con fines medicinales, no debemos dejar de señalar que ningún compuesto con actividad biológica es inocuo y que el empleo de los compuestos de la marihuana, como cualquier otro agente farmacológico, debe ser evaluado de manera sistemática y ética, así como su mecanismo de acción, eficacia clínica, dosis-respuesta, la toxicidad y efectos colaterales tanto en personas sanas como en grupos especiales de la población (grupos vulnerables, paciente oncológico, edad avanzada, enfermedad neurológica, etc.).