Es la única que ha hecho un paseo solitario de 48 vueltas alrededor de la Tierra en tres días
El 16 de junio de 1963 Valentina Tereshkova se convirtió en la primera mujer en conquistar el espacio sideral. “Es la única que ha hecho un paseo solitario de 48 vueltas alrededor de la Tierra en tres días”, señaló Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM.
Nacida el 6 de marzo de 1937, la cosmonauta se ha convertido en un ícono en la carrera espacial. Hoy todos la recuerdan por su fantástico viaje que nadie más en la Tierra ha repetido.
Valentina tuvo una vida difícil, perdió a su papá en la segunda guerra mundial cuando sólo tenía dos años y su mamá tuvo que trabajar en una fábrica de hilados.
A los 10 años entró a la escuela y a los 17 abandonó sus estudios. No obstante, a escondidas de su mamá tomó clases de paracaidismo. Al principio le daba miedo aventarse del avión, pero después aprendió muy bien a manipular el paracaídas. “De hecho era muy audaz, se lanzaba desde el avión y hasta el último momento abría el paracaídas”.
¿Cómo llegó al espacio?
En aquella época, la ex Unión Soviética (URSS) competía con Estados Unidos para conquistar el espacio. Los soviéticos lanzaron el primer satélite el 4 de octubre de 1957 y luego lo hicieron los norteamericanos. Y en 1961, la URSS lanzó al primer astronauta al espacio: Yuri Gagarin.
Uno de los generales soviéticos leyó que los norteamericanos pondrían a una mujer en el espacio y pensó: “esto es inadmisible”. Convenció a los demás que había que ganarle a Estados Unidos en esa hazaña.
Reclutaron a más de 400 mujeres, una de ellas era Valentina. Fue elegida por su capacidad para lanzarse en paracaídas.
En esa época las cápsulas espaciales eran esferas y cuando reingresaban a la Tierra se desprendía la parte inferior y el astronauta con un asiento bajaba en paracaídas para aterrizar en un desierto. “No se sabía muy bien la locación, acaso menos de 28 kilómetros de extensión en el sitio de diámetro donde podían aterrizar”.
Valentina entrenó durante dos años para ser la mejor cosmonauta. Se trataba de una misión secreta, así que su mamá no sabía nada, ella pensaba que su hija realizaba prácticas de paracaidismo.
La mamá se enteró que Valentina era la primera astronauta mujer cuando unos vecinos le avisaron que su hija estaba en la televisión y ella no lo podía creer. Les respondió: “están equivocados, esa no es mi hija”. Pero se enteró de la verdad.
La misión
Estaba programado que la misión se llevara a cabo 10 días antes, pero el Sol tuvo erupciones solares muy violentas y estos rayos cósmicos del viento solar son muy dañinos para los humanos. Esto retrasó la misión. “Fueron días de angustia para la cosmonauta”.
Una vez pasados los rayos cósmicos lanzaron al espacio a Tereshkova y en todo momento tuvo náuseas. El primer día reconoció que había una instrucción mal planteada y en vez de regresarla a la Tierra, estaba programado lanzarla hacia el espacio exterior.
Era un error de un General, se comunicó para tratar de arreglarlo. Durante su viaje sideral no descansó, en todo momento estaba pendiente de los aparatos y muy angustiada. Más tarde, el General se enteró de su error y se reconfiguraron las instrucciones para el reingreso de su nave a la Tierra.
Esto fue un secreto por mucho tiempo, porque les prohibieron hablar sobre el asunto que era un “error inadmisible”. Después de 30 años, el general confesó su error y Valentina pudo platicar de ese asunto que la angustió durante su viaje.
“Casi no comió, los alimentos que llevaba no le gustaron, llevaba pasta de dientes, pero no le dieron cepillo. Eran otros tiempos”.
En su retorno a la Tierra accionó perfectamente el paracaídas, llegó a una zona desértica donde llegaron unos campesinos y le robaron su paracaídas, porque pensaron que era algo muy valioso.
No se molestó, al contrario, les ofreció de su comida. Los pobladores del lugar entendieron que se trataba de algo extraordinario. Después ellos mismos le llevaron sopa y pan mientras venían a recogerla.
Tereshkova tuvo todos los homenajes posibles, incluso el presidente de la época Nikita Jrushchov, la besó en la boca. “Fue un escándalo, porque semejante acción no se estilaba, pero todos estaban muy emocionados”.
La cosmonauta se casó con un astronauta y tuvieron una hija, “la única chica que ha sido hija de dos cosmonautas”. Al año se divorciaron y ella se casó con otro hombre con quien estuvo toda su vida.
Después del espacio
Después de su viaje sideral, Valentina estudió una licenciatura, maestría y doctorado en ingeniería y decidió embonar naves dirigidas al espacio.
Posteriormente se dedicó a la función pública y obtuvo un puesto en el parlamento ruso. Luchó por los derechos de las mujeres, en su momento algunos quisieron minimizar sus logros.
Valentina y Yuri Gagarin visitaron México, en ese entonces Julieta Fierro era muy joven y soñaba con llegar a las estrellas. La astrónoma fue a verlos y le firmaron su libro de física. “Eso fue un momento muy emocionante para mí”, concluyó.