Hemos vivido mucho tiempo acostumbrados al contacto físico, sobre todo en la cultura de los mexicanos
Volver a la vida que teníamos antes de marzo será imposible, la COVID-19 removió la realidad en las industrias, la educación, el deporte, las profesiones, la vida diaria y, sobre todo, las relaciones interpersonales, de pareja y afectivas.
Hemos vivido mucho tiempo acostumbrados al contacto físico, sobre todo en la cultura de los mexicanos, caracterizada por su calidez y cercanía, pero van a tener que cambiar las cosas, explicó la doctora Nélida Padilla Gámez, investigadora y académica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala.
No es sólo el uso obligatorio de un cubrebocas y el distanciamiento social, es reestructurar las salidas a comer, el uso del transporte, la convivencia diaria en el trabajo, la escuela y con la pareja. De acuerdo con la especialista en psicología y salud sexual, las personas que sí tienen pareja no tendrán tantos cambios, pero quienes no cohabitan en pareja será complicado, porque la principal fuente de contagio será la saliva y los besos, por eso la sugerencia del uso de caretas en un encuentro íntimo.
Una situación que será complicada porque, refirió Padilla Gámez, los besos son la primera parte de la excitación. En ese contexto, el uso de condón tendría que ser ya usual en cualquier encuentro casual, pero ahora evidentemente se deberá usar y se tendrán que incluir otros utensilios como el uso de plástico para usarlo para los besos o para quien practica el sexo anal, ya que se ha demostrado que el coronavirus está presente en las heces. “Esta práctica tendrá que ser súper protegida o mejor evitarla”.
En la llamada “nueva normalidad” tendrá que haber una transformación importante, sobre todo para aquellas personas que no viven con su pareja o que gustan de encuentros casuales con otras, en donde debe operar el principio de auto seguridad y cuidado. “Qué tanto te vas arriesgar, hay que apostarle a la responsabilidad, seguir trabajando en educación sexual integral desde edades más tempranas, para que desde pequeños aprendan a tomar decisiones de cómo se van a relacionar más adelante”.
Por otro lado, en cuanto a las relaciones afectivas, muchas personas van a consolidar sus compromisos monógamos por salud y protección, otras tendrán que replantearse sus compromisos o sus formas de relacionarse, como los poliamorosos o swingers y extremar las precauciones de con quién y cómo se relacionan. La monogamia y la fidelidad tendrán que volver a un lugar de discusión para muchas personas, porque la vida se está poniendo en juego. “Por primera vez en muchos años habrá un replanteamiento de con quién te relacionas y cómo, nunca había pasado que un agente patógeno externo estuviera en cualquiera cosa y representara la muerte”.
Sin embargo, aunque son posibles escenarios que deben tomarse en cuenta por la convivencia que se tendrá con el virus en los próximos años, no se puede determinar nada, porque apenas se están conociendo sus efectos.
La doctora Padilla afirmó que la vida sexual es importante para mantener el sistema anímico e inmunológico en buenas condiciones, por ello, una opción podría ser darle visibilidad a la actividad auto erótica o masturbación. “Ha tenido muchos estigmas a lo largo de la historia, está vetada por muchos y tiene una connotación negativa pero hoy en día la práctica más segura será tener sexo con uno mismo, y derivado de la falta de educación sexual se cree que sólo se obtiene a través del coito”.
Ante esto, apuesta por amplificar la mirada sobre la vida sexual y dejar de creer que la satisfacción sólo se obtiene del coito. “Hay que reestructurar nuestra forma de relacionarnos en la intimidad, si no abrimos esta idea vamos a sufrir mucho, pero si vemos que la vida sexual es creatividad, es diversidad y todo lo que puedas hacer mientras no te haga daño ni a otra persona, todo se vale”, finalizó.