El escenario inédito ha transcurrido sus primeras 365 jornadas entre yerros. El primer año de ejercicio del presidente número 45 de Estados Unidos, Donald John Trump, “ha estado dedicado a tratar de cumplir su agenda de campaña, a mezclar hechos con mentiras”, dijo Roberto Zepeda Martínez del Centro de Investigaciones sobre América del Norte.
Gobernar mediante mensajes de 140 caracteres, entre trinos ocurrentes de la red social del pájaro azul, es sólo una de las conductas que lo ha refrendado como un mandatario atípico. “Donald Trump no es un político, que quede claro; es un empresario, estrella de los reality shows, que logró la candidatura del Partido Republicano”, describió.
Durante este año, su política colmada de yerros, donde lo mismo ha utilizado expresiones de “mierda” para referirse al origen de los migrantes que entran a ese país norteamericano, que negarse a apoyar el programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), el cual protege a las personas que llegaron a Estados Unidos de manera ilegal cuando eran niños, o legalmente con sus familias y se quedaron después de que sus visas concluyeron.
“Esto, como su comportamiento sostenido con posiciones antiinmigrantes, ha desatado su alta desaprobación con más de 60 por ciento entre la población estadunidense en general, aun cuando entre sus seguidores y bastiones tenga apoyo y crédito”, puntualizó Zepeda Martínez.
“La división de poderes en esa nación ha funcionado para que un ‘tirano solo no ejerza el poder’, además hay un robusto sistema descentralizado, lo que ha servido un tanto de contrapeso en el accionar desde la Casa Blanca”, abundó el académico.
No hay que olvidar, continuó, que no ha podido revertir totalmente el Obama Care, la política de salud emprendida por el anterior mandatario, y que no le han aprobado el presupuesto para el multicitado muro.
Aunado a ello, se ha enfrentado mediáticamente al mundo, lo mismo con su homólogo de Corea del Norte, que con la publicación de Michael Wolff, Fire and fury. Inside the Trump White House, en la que se revela como tesis primaria que el empresario no deseaba ser presidente de la Unión Americana. “En este momento se encuentra altamente desaprobado. Mas no sólo eso; ha sido un periodo donde ha creado grandes divisiones al interior de su país y, por supuesto, de su propio equipo”, agregó.
Un gran retroceso que compete al planeta entero, ha sido su escepticismo sobre el cambio climático. Ha renunciado a ejercer políticas al respecto con el argumento de que es un invento de China.