Un estudio realizado por la Escuela de Medicina Icahn en el Hospital Mount Sinai, destaca el potencial del cannabidiol(CDB) como una opción de tratamiento para el abuso de opioides, como lo es la heroína. Su estudio demostró que su administración redujo el deseo y la ansiedad producidos durante la absinencia o consumo frecuente en personas con antecedentes de abuso de heroína, lo que sugiere un papel potencial para ayudar a romper el ciclo de la adicción.
A finales de Noviembre en México la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), organismo adscrito a la Secretaría de Salud encargado de la regulación sanitaria en el país, aprobó las solicitudes para 38 productos con base en el aceite de cáñamo, sustancia que contiene el cannabidiol (CBD), compuesto del grupo de las cannabinoides que no tiene efectos psicoactivos, y con propiedades aptas para su uso como suplemento alimenticio, en productos cosméticos y alimenticios.
El estudio fue publicado el 21 de mayo en el American Journal of Psychiatry.
También reveló que el CBD tendía a reducir las medidas fisiológicas de la reactividad al estrés, como el aumento de la frecuencia cardíaca y los niveles de cortisol, que son inducidos por los estímulos causados por la administración de drogas.
Los estímulos pueden ser externos, internos y cognitivos; y pueden ocurrir justo antes o muchísimo antes de la ingesta de drogas. En el ser humano, generalmente aumentan el deseo por la droga. El término se usa a menudo en el trabajo clínico para referirse a estímulos que aumentan el riesgo de recaída de drogas en personas abstinentes o el riesgo de una continua ingesta de drogas en un consumidor activo.
Actualmente existen dos opciones para tratar el abuso de estas drogas, la metadona y la buprenorfina, que son terapias de sustitución de opioides que funcionan en los mismos receptores de opioides (receptores opioides mu) como los de la heroína y otros agonistas opioides potentes.
Sin embargo, estos medicamentos conllevan un estigma y su propio riesgo de adicción, y están sujetos a estrictas regulaciones gubernamentales y, por lo tanto, son también sustancias de abuso para aos millones de personas diagnosticadas con el trastorno por uso de opioides. Tal brecha de tratamiento resalta la necesidad urgente de desarrollar nuevas estrategias terapéuticas que no se dirijan al receptor opioide mu.
“Para abordar la necesidad crítica de nuevos tratamientos, iniciamos este estudio para evaluar el potencial de un cannabinoide no intoxicante para el deseo y la ansiedad en personas adictas a la heroína“. dice Yasmin Hurd, Presidente de Ward-Coleman de Neurociencia Traslacional en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, Director del Instituto de Adicciones en Mount Sinai y primer autor del estudio.
“Los efectos específicos de los CDB sobre el deseo y la ansiedad de medicamentos inducidos por señales, son particularmente importantes en el desarrollo de terapias de adicción porque los estímulos causados por la administración de drogas son uno de los desencadenantes más fuertes para la recaída y el uso continuo de drogas“, dijo Hurd.
El trabajo preclínico previo realizado en animales con un historial de autoadministración de heroína, demostró que el CDB redujo la tendencia de los animales a consumir heroína en respuesta a una señal asociada a las drogas.
Para determinar si el trabajo preclínico podría traducirse a humanos, su laboratorio realizó una serie de estudios clínicos que demostraron que el CDB era seguro y tolerable en humanos.
Para los estudios realizados en humanos, 42 hombres y mujeres con abstinencia de drogas, fueron asignados al azar para recibir 400 mg u 800 mg de una solución oral de CDB o un placebo correspondiente. Y encontraron que el CBD, en contraste con el placebo, redujo significativamente el deseo y la ansiedad hasta una semana después de su administración. Además, el CBD redujo los síntomas fisiológicos inducidos por el fármaco, la frecuencia cardíaca y los niveles de cortisol salival. No hubo efectos significativos en la cognición y no hubo eventos adversos graves. Todo ello sugiere que los efectos de los CDB son duraderos, incluso cuando el cannabinoide ya no está presente en el cuerpo.
“Nuestros hallazgos indican que el CDB es prometedor para el tratamiento de personas con trastorno por consumo de heroína”, dice Hurd. “Un medicamento no opiáceo exitoso se agregaría a los medicamentos para la adicción existente y así ayudar a reducir la creciente cantidad de muertes, los enormes costos de atención médica y de tratamiento”, concluye.