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¿Es necesaria una terapia de reemplazo hormonal?

Por Ivonne Sánchez Cervantes, Irma Elena Martínez López, Mireya Velázquez Paniagua y Patricia Vergara Aragón. Facultad de Medicina, UNAM

En las mujeres una deficiencia en la producción de hormonas se manifiesta con síntomas como bochornos, irritabilidad, ansiedad, insomnio, resequedad en la piel y mucosas como la vagina, perdida de calcio en los huesos, apetito por los alimentos dulces, ganancia de peso corporal y el riego de padecer enfermedad coronaria se incrementa, entre otras.

Por lo que se indica un tratamiento médico basado en hormonas conocido como terapia de reemplazo hormonal (TRH), para substituir las que ya no existen en el cuerpo y preservar la salud de la mujer en condiciones óptimas.

La TRH, se puede aplicar de manera general en dos tipos de poblaciones de mujeres, las que por su edad llegan a la menopausia de forma natural (desde los 30-55 años) y las que por complicaciones adversas tienen que recurrir a una intervención quirúrgica completa (Histerectomía). Los diferentes tipos de tratamientos de reemplazo hormonal que se prescriben pueden corresponder a hormonas naturales mal llamadas “bioidénticas” que en realidad son sintetizadas en un laboratorio pero provienen de una fuente vegetal y son modificadas para que sean muy parecidas a las producidas por el cuerpo humano.
También las hay como mezclas patentadas de estrógenos de equino conjugados y por otro lado las naturales, como los fitoestrógenos (cuya estructura química es similar a los estrógenos de la mujer). Las hormonas bioidénticas y los estrógenos conjugados de equino contienen progesterona o progestinas y producen beneficios importantes en la salud de la mujer, específicamente los estrógenos utilizando las dosis adecuadas para la edad de la mujer maximiza los beneficios cardiovasculares y reduce al mínimo el riesgo de los efectos adversos como tromboembolias y accidentes cerebrovasculares, reduciendo la osteoporosis, atrofia urogenital, demencia y en general los síntomas del climaterio.
También existen tratamientos alternativos como son los productos de origen apícola, la herbolaria, homeopatía y acupuntura de origen natural.

Por último se ha reportado que el 17-β estradiol es neuroprotector, es decir, proporciona protección para enfermedades neurodegenerativas. La literatura hace mención de la importancia de las dosis y de la vía de administración de la terapia de reemplazo hormonal, así como una valoración personalizada en cada paciente para que la terapia sea la apropiada para cada mujer dependiendo de su historia clínica valorando puntualmente algún riesgo.

Tales riesgos van desde el desarrollo de cáncer de mama, accidente cerebrovascular, así como infartos al miocardio. Se ha reportado que el 17-β estradiol puede acelerar el riesgo de algunas formas de demencia frontotemporal, para evitar el riesgo de un tratamiento inadecuado es importante acudir al médico.

Definitivamente hay mujeres que no deben de recibir la TRH para la menopausia, que son pacientes que creen estar embarazadas, tienen problemas de sangrado vaginal, padecieron de ciertos tipos de cáncer, sufrieron un accidente cerebrovascular, padecimiento hepático o trombosis.

La TRH es una opción que hay que tomar en cuenta valorando sus beneficios y riesgos, pero la terapia alternativa de origen 100% natural para las mujeres con necesidad de una TRH es todavía mucho más benéfica que ninguna forma tendría efectos secundarios adversos. El producto apícola ha mostrado beneficios en modelos de ratas ovarectomizadas, estos van desde una mejora en la memoria de corto y largo plazo; y estudios previos demuestran que las condiciones cardiovasculares permanecen estables.
Es de suma importancia enfatizar que mujeres con cáncer de mama no pueden someterse a ningún tipo de TRH, aunque se trate de un producto de origen 100% natural, siendo la TRH una limitante que debe ser considerada.

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