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¿Hay peligro de explosión en las plantas nucleares de Ucrania?

Michel Olguín Lacunza / Diana Rojas

Dentro del conflicto bélico causado por la invasión de Rusia a Ucrania, la mayor preocupación han sido las plantas nucleares que proveen de aproximadamente 30 por ciento de energía al país sometido. Así, hay un miedo permanente de que pueda haber una explosión nuclear.

En la zona de conflicto hay 16 centrales nucleares del tipo BWR, que son de agua en ebullición, es decir, utiliza el líquido como refrigerante; también cuenta con barras de moderador que controlan el flujo de neutrones al núcleo, dijo Benjamín Leal Acevedo, Coordinador de la Unidad de irradiación y seguridad radiológica del Instituto de Ciencias Nucleares, de la UNAM.

Una planta de este tipo alcanza la ebullición en el núcleo, así forma el vapor que utiliza para impulsar la turbina que mueve un generador eléctrico. Una de las plantas nucleares más grandes de Europa es la de Zaporozhie que tiene seis reactores de potencia, de los cuales dos estaban apagados hasta la semana pasada, dos en potencia y media y dos encendidos.

Con las acciones militares es deseable que ningún país tenga enfrentamientos bélicos de artillería pesada cerca de instalaciones nucleares, agregó el investigador universitario.

Por desgracia, explicó el entrevistado, hace unos días se vio afectado un edificio, en el que por suerte no había un reactor, sino que era una estructura administrativa, que afortunadamente lograron contener.

“Es entendible la preocupación de la gente cuando escucha sobre plantas nucleares por las malas campañas que nos han traído diversos accidentes, pero ante este encuentro bélico no existe peligro”.

No existe ningún peligro de que ocurra un accidente nuclear porque cuando un reactor está apagado se detiene la reacción en cadena, no hay bombardeo de combustible nuclear con neutrones y se disminuye la presión.

Las plantas nucleares tipo BWR tienen unas barras de control que en este caso frenan la reacción en cadena, se disminuye la presión y se produce menos corriente eléctrica. Este tipo de plantas –como las ubicadas en Ucrania– son muy seguras, y en caso de alguna emergencia es más fácil apagarlas, añadió el académico universitario.

Actualmente, todos los reactores tienen edificios de contención y seguridad pasiva que permite controlar algún incendio, y si se produce un accidente se cuenta con la tecnología que permite monitorear los niveles de radiación en tiempo real.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha propuesto algunos principios de seguridad que incluyen el abastecimiento de suministros y refacciones; mantener la corriente eléctrica en las plantas; respetar los turnos de los operadores; que los dirigentes trabajen sin presiones políticas para garantizar la seguridad en materia nuclear y tecnológica en situaciones normales y de guerra, así como proveer información a la OIEA.

A través de estos puntos se garantiza que todas las plantas funcionen con normalidad y se mantengan en niveles radiológicos y ambientales aceptables a pesar de un conflicto bélico.

La única forma en que podría haber peligro sería sacar al personal de la planta, que son aproximadamente 200 técnicos encargados de toda la seguridad, como los generadores de presión y de enfriamiento de los ciclos secundarios y los almacenamientos de combustible.

Sería muy raro que Rusia quisiera invadir estas plantas para dañarlas, porque los primeros afectados serían ellos mismos. “Su capital está muy cerca de las fronteras y no veo un panorama en el que entre a la fuerza para tomar el control de una planta y hacer uso negativo”.

La tecnología ha evolucionado
La primera generación de reactores Fermi se caracterizaron por tener una placa de material moderador y una placa de combustible, que generaba flujos de neutrones pero sin generar corriente eléctrica.

A través de los años implementaron su volumen de combustible nuclear con grandes moderadores, y así se incrementaban las presiones de las turbinas y generaban más energía eléctrica.

Después del accidente de Chernobil, en Ucrania cuando formaba parte de la ex URSS, y Fukushima, Japón, se incrementaron las medidas de seguridad. Hoy, algunas plantas son reactores auto contenidos, lo que significa que si hay alguna falla, las barras de control ingresan al núcleo y reducen la producción de neutrones con lo que se garantiza que la operación sea más segura.

Hoy, se ha cambiado el combustible, ya no es combustible enriquecido al 5 por ciento, sino que cambió a uranio natural, el cual al ser quemado es menos útil para hacer bombas atómicas. Así, se diseña el reactor a la medida de la producción requerida, ya sea eléctrica o para radiofármacos.

¿Chernobil podría representar un peligro?
Sería muy ilógico atacar o establecer una base militar en la zona de exclusión (30 km a la redonda) de la planta nuclear de Chernobil, donde todavía puede haber fragmentos de grafito radiactivo.
“No es recomendable pasear por esos bosques en los que aún queda radiación, y pensar en establecer un campamento militar dentro de ese radio es peligroso para cualquiera”, concluyó.

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