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Hillary, la opción de la unidad y la esperanza

Por Oscar Luna

Hillary Clinton tiene todo para ser la primer Presidenta de Estados Unidos. Empezando por un mensaje de optimismo y esperanza en abierto contraste con la visión apocalíptica de su contrincante. Además, cuenta con una enorme coalición de grupos sociales que la apoyan, la constelación de estrellas que se han sumado a su campaña y su capacidad política para encabezarlos a todos ellos.

Hillary cerró la Convención Nacional Demócrata con un poderoso llamado a la unidad nacional en abierto contraste con la propuesta de división del candidato republicano. Ella con décadas de experiencia política, el que nunca ha ganada una elección ni para jefe de su clase. Ella racional, él un volcán. Es la misma discrepancia que hay entre el día y la noche, entre la solidaridad y el racismo, la inclusión y el odio.

Aclamada por miles en la sede de la convención demócrata en Filadelfia, Hillary inició la campaña formal con la delantera en las encuestas. Con el solido respaldo de su partido, con muchos más recursos para difundir sus propuestas. La primer mujer candidata a la Presidencia tiene todo para ganar.

Su contrincante “es un estafador”, señaló Michael Bloomberg, el billonario ex alcalde de Nueva York.

“Ella es la mejor opción país. La persona mejor preparada para la presidencia”, aseguró Barak Obama, el presidente.

“Será la mejor de todos los presidentes”, dijo Bill Clinton, su esposo, el ex presidente vivo más popular de este país.

“La apoyamos con todo”, aseguró Bernie Sanders, su contrincante en las elecciones primarias.

“Sí se puede, sí se puede”, dijo, en español, Tim Kaine, el ex gobernador de Virgina y su compañero de fórmula.

Desde el día uno de esta campaña presidencial el contraste entre las opciones es quizá el más claro de la historia. Empezando por lo más obvio: una candidata mujer con un poderoso record en favor de la causa de la equidad de genero que enfrenta al dueño del concurso Miss Universo, un personaje que abiertamente ha insultado a las mujeres, salvo quizás a su hija, con quien ha dicho le gustaría tener una cita (sic).

Y aunque el tema de genero importa, y mucho, los cerca de 120 millones de ciudadanos que votarán en las elecciones del martes 8 de noviembre próximo tendrán muchos más temas cruciales en los que las posiciones de los candidatos son radicalmente opuestas. “El quiere que le temamos al futuro y que nos temamos entre nosotros”, dijo Clinton.

Como el compromiso de la candidata a favor de los migrantes — dijo: atacar a los inmigrantes es malo para la economía y malo para la gente… nosotros no vamos a construir un muro. En su lugar vamos a construir un camino hacia la ciudadanía para millones de inmigrantes que ya contribuyen a nuestra economía –, versus los rabiosos ataques de su oponente contra los inmigrantes, sobre todo los Mexicanos.

El contraste es casi en todos los temas. “Yo sí creo en ciencia, yo si reconozco que el cambio climático es real”, señaló en referencia a la cerrazón del candidato republicano sobre ese y otros temas ambientales.

Dueña del escenario, pero ciertamente sin los desplantes histriónicos de Trump, la candidata presidencial demócrata utilizó el escenario para desplegar una amplia serie de posicionamientos sobre diversos temas importantes para los electores.

Y para hacer política:

Sobre todo, al acercarse en todo lo posible a Bernie Sanders, sobre todo en el tema de los costos de la educación universitaria, prometiendo opciones gratuitas para los jóvenes de clase media.

Hillary aprovecho también para dirigirse segmento más importante que podría apoyar a Trump, la clase trabajadora descontenta con la falta de movilidad de las últimas décadas. “Tienen razón”, les dijo. “Tenemos que hacer mucho más en ese tema”. Y también recordó un hecho histórico, “el partido demócrata es el partido de la clase trabajadora”.

Directa, con un mensaje sin demasiada retórica, la ex senadora y ex Secretaria de Estado cuestionó la autoridad moral y capacidad y falta de carácter de su oponente. “A un hombre que no le puedes confiar con un twitt, no le puedes confiar con las armas nucleares”, señaló.

El asunto de los tratados de libre comercio que tiene Estados Unidos con diversos países es uno de los pocos en los que los dos candidatos no mantienen posiciones completamente opuestas. Ambos se han mostrado adversos, aunque ella ha sido mucho más cuidadosa.

En un mensaje duro en términos de comercio exterior y temas de seguridad nacional, Hillary fue ligeramente cautelosa en el tema de las armas. “Yo no estoy aquí para quitarles sus armas, estoy aquí para que no les dispare una persona que no debiera tener un arma”.

En la misma línea de su llamado a la unidad, aseguró que se niega a aceptar que no es posible llegar a acuerdos en temas como armas, diferencias raciales e inmigración.

En la misma línea de la campaña de Bill Clinton de 1992, Hillary retomó todas las banderas principales de las diferentes minorías del país. Sabe bien, como ocurrió entonces, que dicha alianza de minorías es la mejor manera de formar mayorías.

“La opción es clara, mis amigos”, le dijo Hillary a la muchedumbre que la aclamaba en Filadelfia. Y les recordó cuando en su infancia se atrevió a desafiar a los bully de su barrio en Chicago. “Tenemos que hacerle frente a los bullies”, aseguró.

Mientras tanto, en abierto desafío a los principios básicos de la política de este país, Trump irrumpió mediáticamente en la Convención Demócrata con su llamado a que los hackers rusos espiaran las cuentas de e-mail de la candidata presidencial demócrata. Repudiado casi de manera unánime, días después pretendió que sus declaraciones habían sido una broma.

En ese contexto es posible asegurar que Hillary Clinton tiene todo para ganar la Casa Blanca.

Y sin embargo… Hasta hace muy poco el señor Trump logró mantenerse en la punta del escándalo y el insulto y fuera de la discusión sobre ideas, hechos o propuestas políticas. Y con ello –contra toda racionalidad política–, logró aplastar a sus contrincantes dentro del Partido Republicano.

Justo por ello, aunque el bando demócrata haya ganado el verano, la elección presidencial ocurre en el otoño. Por ello, en este momento nadie puede asegurar que Hillary volverá a la Casa Blanca, y no como Primera Dama, sino como la señora Presidenta.

Por ello, para ponerlo en palabras del Presidente Obama, “don´t boo, vote”. No se trata de abuchear a Trump, sino de votar.

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