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Medicina tradicional, “la nueva” moda

Fernando Guzmán Aguilar / Myriam Nuñez

Cuachalalate y la chupandilla: contra la colitis

·        Científicos de la UNAM demostraron experimentalmente que el cuachalalate y la chupandilla regeneran el intestino dañado y disminuyen los síntomas de la colitis
·       En ratones con cáncer de colon, extractos de estas plantas mexicanas reducen la carga y el tamaño de los tumores.

El cuachalalate (Amphipterygium adstringens) y la chupandilla (Cyrtocarpa procera), dos plantas originarias de México, según estudios experimentales de un grupo de científicos de la FES Iztacala, prometen curar la colitis, enfermedad padecida por entre 16 y 30 por ciento de la población.

La investigación fue realizada por el doctor Marco Aurelio Rodríguez Monroy, jefe del Laboratorio de Investigación Biomédica en Productos Naturales de la carrera de Medicina, con la colaboración de la doctora Margarita Canales Martínez, jefa del Laboratorio de Farmacognosia, de la carrera de Biología.

Ambas plantas fueron probadas también en un modelo experimental de cáncer de colon inducido en ratones y los resultados fueron sorprendentes: disminuyen el número y el tamaño de los tumores.

Inflamación del colon

La colitis, dice Rodríguez Monroy, es una enfermedad inflamatoria del intestino grueso o colon. Sus síntomas son contracciones violentas y dolorosas del recto, dolor y distensión abdominal y malestar estomacal.

Muchos pacientes pueden vivir con estos síntomas sin atención médica; sin embargo, una colitis mal manejada puede agravarse y presentar diarrea con sangre y pérdida de peso, e incluso llevar a la muerte.

Se desconoce su etiología exacta, aunque —señala el investigador de la FES Iztacala— se ha observado una correlación entre colitis y dietas altas en azúcar y grasas, así como con el uso excesivo de medicamentos. El abuso a “diestra y siniestra” de antiinflamatorios puede predisponer a padecerla. Otros factores de riesgo de la vida moderna son altos niveles de estrés y el sedentarismo.

Antaño se pensaba que quien más padecía colitis eran las mujeres, pero una “estadística más estricta” indica que no hay diferencias: afecta parejo a ambos géneros.

Hay medicamentos que disminuyen la inflamación y la distensión   abdominal, pero no curan la colitis. Como el tratamiento es largo y caro (los medicamentos no forman parte del cuadro básico del sistema público de salud), el paciente lo abandona. Se generan entonces otros males: náuseas, vómito, dolor de cabeza y flatulencias.

Actualmente, dice Rodríguez Monroy, la colitis se trata también con fármacos biológicos o inmunoterapia, la cual suprime el sistema inmunológico para que no haya tanta inflamación, pero predispone a otras infecciones y padecimientos.

Una colitis mal controlada o crónica puede predisponer a padecer cáncer de colon. “Aunque no todos los casos de colitis llevan a un cáncer de colon, todos los cánceres de colon vienen precedidos de una colitis grave”.

Cuachalalate y medicina tradicional

El cuachalalate y la chupandilla forman parte de la medicina tradicional mexicana. En el mercado de Sonora la gente compra ambas plantas para curar sus males estomacales. Pero su uso es ancestral: poblaciones originarias del valle de Tehuacán-Cuicatlán, ubicado en la frontera de los estados de Puebla y Oaxaca, utilizan infusiones de esas plantas con el mismo fin curativo.

En ese valle desértico, famoso por su gran diversidad de cactáceas, la doctora Margarita Canales Martínez ha entrevistado a sus pobladores sobre las plantas que utilizan para curarse. Luego ella colecta las plantas y analiza su composición química.

Después de un censo y sesiones de preguntas, dice Rodríguez Monroy, “llegamos a la conclusión de que para cualquier problema estomacal, la gente del valle de Tehuacán-Cuicatlán utiliza el cuachalalate y la chupandilla”.

Coincidentemente, según una encuesta en puestos del mercado de Sonora, la gente compra el cuachalalate para sus malestares estomacales.

Rodríguez Monroy supo también que cada puesto llega a vender al mes 25 kilos de la corteza de este árbol. Para satisfacer esta demanda, venden el cuachalalate mezclado con otra corteza: la chupandilla.

Disminuyen la sintomatología de la colitis

Con base en toda esa información, Rodríguez Monroy montó un modelo experimental en ratones con colitis semejante a la que padecen los seres humanos.

Luego de administrarles los extractos de cuachalalate y chupandilla a los ratones, disminuyeron el daño y la sintomatología que ocurre en el intestino; es decir, la arquitectura del intestino dañado se regenera, no hay pérdida de peso y desaparece el sangrado, aunque puede haber casos de diarrea.

Ambas plantas contienen diversos compuestos químicos, entre los que destacan los flavonoides, que se utilizan en suplementos alimenticios y tienen actividad antimicrobiana, antioxidante, antiinflamatoria y analgésica. “Suponemos que estos compuestos son los responsables de la reducción de la sintomatología de la colitis”.

El efecto benévolo de ambas plantas fue similar, y los resultados de ambos experimentos se publicaron en artículos científicos en dos revistas internacionales especializadas.

Una promesa contra el cáncer de colon

Tomando en cuenta que todo cáncer de colon viene antecedido de una colitis grave, Rodríguez Monroy evaluó el efecto del cuachalalate y de la chupandilla en ratones con esa neoplasia.

Una vez administrados los extractos de estas plantas, la carga tumoral disminuyó: el número de tumores malignos se redujo a la mitad.

Sin embargo, como basta con un tumor maligno para que el cáncer se extienda y sea mortal, Rodríguez Monroy está probando ambas plantas en el mismo modelo. Los resultados preliminares indican que el cuachalalate y la chupandilla pueden reducir hasta un 70 por ciento el tamaño del tumor.

No se puede afirmar que el cuachalalate y la chupandilla sean anticancerígenos, pero, según estos estudios preliminares, tienen un efecto benévolo prometedor contra el cáncer de colon.

Buscan potenciar su efecto

Debido a la pandemia, estos proyectos de la FES Iztacala tuvieron un receso. Ahora, un alumno del doctor Rodríguez Monroy probará qué porcentaje o concentración de cuachalalate y chupandilla mezclados podría ser más eficaz contra colitis y cáncer de colon. Se trata de potenciar su efecto.

Ante la evidencia de que disminuyen la carga tumoral y el tamaño de los tumores, también se trabaja con cultivos in vitro de células cancerígenas “a las que agregamos diferentes cantidades de cuachalalate y chupandilla” para estudiar en qué mecanismos o en qué procesos biológicos de estas células influyen los extractos.

Otra línea de trabajo de los laboratorios de Investigación Biomédica en Productos Naturales y de Farmacognosia de la FES Iztacala es determinar cuál o cuáles son los compuestos activos del cuachalalate y de la chupandilla contra la colitis y el cáncer. Su eventual identificación y aislamiento, considera Rodríguez Monroy, permitirá en un futuro diseñar fármacos contra la colitis y el cáncer de colon, enfermedad de la que se diagnostican en México 15 mil casos nuevos al año

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