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¿Urbanismo resiliente? Hacia una gestión urbana de la pandemia

 

Atender el problema del suelo y verlo como un actor determinante en la transformación de la ciudad: Dra. Claudia Reyes.

La pandemia ha agudizado la brecha socioeconómica en las ciudades, por ello la necesidad de priorizar la atención de zonas marginadas y de grupos vulnerables. Para buscar mecanismos que proporcionen buena localización a estos grupos, “hay que comenzar por intervenir el mercado de suelo y operar el concepto de función social de la propiedad, considerando que el suelo es transversal a todas las problemáticas urbanas”, precisó la Dra. Claudia Reyes Ayala, coordinadora del Programa de Posgrado en Urbanismo de la UNAM.

“Es fundamental atender el problema del suelo y verlo como un actor determinante en la transformación de la ciudad. Las ciudades que tenemos son producto de los valores de suelo, de la especulación inmobiliaria y de las acciones de unos cuantos que impactan en la vida de la población. Nos corresponde a todos los actores impulsar este cambio que es responsabilidad del Estado”.

Durante la conferencia que impartió el pasado 26 de agosto, “¿Urbanismo resiliente? Hacia una gestión urbana de la pandemia”, del ciclo La Ciudad y la Pandemia, que organiza el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), la Dra. Reyes afirmó se requieren acciones desde el urbanismo que impacten en la operación cotidiana de la ciudad para mitigar los efectos de la emergencia sanitaria originada por la COVID-19.

Subrayó que, “lo urbano no solo se resuelve con zonificaciones, diseño y planeación urbana, necesitamos una gestión integral con la participación de todos los actores. Las acciones sobre el territorio deben ser parte de una estrategia que priorice lo social”.

Diseñar ciudades flexibles que se adapten a cualquier contingencia y promover una sociedad solidaria con el que no ha tenido las mismas oportunidades, son fundamentales para afrontar esta emergencia sanitaria y cualquier otra que esté por venir. 

Los procesos de restructuración urbana son lentos y costosos para la sociedad. Hasta ahora los clichés: Ciudad Compacta, Ciudad Resiliente, Smart City, Ciudad Competitiva, Ciudad Creativa, han orientado soluciones que nos han impedido resolver problemas estructurales. 

Para corregir el rumbo hay que transitar a la flexibilización de los modelos y paradigmas; reforzar y renovar las instituciones y crear un nuevo pacto social basado en el ejercicio de la ciudadanía responsable.

La también doctora en Urbanismo enfatizó que las ciudades pospandemia deseables deben contar con espacios públicos seguros para todos, que faciliten la interacción sin discriminar a nadie; mejor equipamiento urbano para contribuir a mejorar la calidad de vida de los sectores más desfavorecidos; usos mixtos y mezcla social; transporte eficiente, seguro y de calidad que acerque el empleo y la vivienda; y en general, abolir los estereotipos que impiden el goce de la ciudad, donde mujeres y hombres tengan los mismos derechos y obligaciones.

La pandemia ha ocasionado agudización de la pobreza por la caída de la economía, pérdida de empleo y pauperización del empleo informal, donde los más afectados han sido los pueblos originarios, las mujeres, los adultos mayores, las personas en situación de pobreza, personas con discapacidad y migrantes, lo que además ha tenido un impacto directo en la operación de la ciudad.

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